Un techo donde refugiarse las noches de monzón

Un techo donde refugiarse las noches de monzón

En Molagavilli Kottala es día de fiesta. Retumban los tambores y los niños danzan. Este pueblo de 225 familias de intocables no conoce el progreso de la nueva India, la India de la informática y los fondos de inversión. Pero sí conoce a la Fundación ... Vicente Ferrer (FVF). Ciento setenta familias de este pueblo se despiden de sus chozas y estrenan viviendas. Casas de 41 metros y dos habitaciones. Y, sobre todo, con techos sólidos. Se trata de la mayor inauguración de viviendas realizada por la fundación, que hasta ahora ha levantado 30.000 casas.

Marimayanima, de 50 años, no volverá a pasar miedo las noches de monzón. Mira el techo de su nueva casa y todavía no se lo puede creer. «Con las lluvias de los monzones el tejado de paja se venía abajo, todo se mojaba. Los niños no podían estudiar. Era como estar a la intemperie. En verano el techo ardía por el calor». Esta familia de agricultores, formada por Marimayanima, su marido, Asservadam, y cuatro hijos, gana cada jornada el arroz del día siguiente. Pero esto cambiará. Ravichandra, el segundo hijo, estudia informática. El tercero, Manohar, de 22 años, será profesor. Ambos reciben ayudas de la fundación Vicente Ferrer. La «India brillante», tan lejana, se encuentra al alcance de sus manos.

Las mujeres son las verdaderas protagonistas de la celebración. Ellas son las dueñas de la casa y el terreno. De esta forma se eleva su estatus en la sociedad india y se lucha contra la discriminación.

La fundación cruzó hace dos años y medio las fronteras del distrito de Anantapur y extendió sus actividades al norteño distrito de Kurnool, donde se encuentra Molagavilli Kottala. Desde entonces 3.400 niños han sido apadrinados en las áreas de Pathikonda y Aluru. Un colegio funciona a pleno rendimiento y 18 más abrirán sus puertas en un año. Las condiciones de Kurnool son similares a las que se encontró Vicente Ferrer en Anantapur hace 40 años: tierras áridas, mucha pobreza y demasiado analfabetismo.

Krishna Veni, directora regional de Kurnool de la FVF, estudia las cifras y duda. A algunos pueblos han llegado hace 15 escasos días. Pero las prioridades están más que claras. «La educación es fundamental. Aquí las niñas dejan la escuela a los 10 años. Hay que cambiar esta tendencia».

Quizás los habitantes de Molagavilli Kottala deban cambiar el nombre del pueblo. La segunda parte del nombre compuesto significa literalmente cabaña. Y aquí apenas quedan cabañas.

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