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La sequía y el calor alteran el ritmo de la fauna ibérica

ABC hace un recorrido por los parajes donde flora y fauna se enfrentan al que puede ser nuestro año más cálido y seco

La sequía y las heladas tardías pueden provocar que el oso hiberne o tenga un sueño invernal muy breve ABC
Araceli Acosta

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Tengo 52 años y nunca antes había visto la laguna así», nos cuenta Javier Mañas, propietario del albergue Allucant, en Gallocanta. Acaba de regresar de guiar una excursión de aficionados británicos a la ornitología , que estaba reservada desde hace meses: «Pensaba ... que a finales de noviembre la laguna estaría en su máximo esplendor –dice– pero los ingleses se han ido casi sin ver grullas, aunque, eso sí, en manga corta». El día es primaveral en este paraje entre Teruel y Zaragoza, pero el sol intenso de mediodía que debería hacer destellos con el agua, solo devuelve la imagen de una laguna que no es tal: « Está totalmente seca y blanca , porque se ve la sal. Lleva seca mucho tiempo, solo cayó una tormenta a finales de agosto y el agua duró una semana, nada más».

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