Los Reyes Magos sí vienen de Oriente

En España, que tradicionalmente ha sido una potencia juguetera, hace años que las importaciones chinas se sitúan en torno al 60 por ciento, ya sea de artículos producidos por empresas del «dragón rojo» o de firmas nacionales que se han deslocalizado. Concentrado sobre todo en la provincia valenciana de Alicante, este sector daba trabajo en los años 80 a más de 9.000 personas. En la actualidad, sus 215 empresas generan 5.000 empleos directos, pero facturan unos mil millones de euros anuales, especialmente durante la campaña de Navidad.

Al igual que ocurre en otros sectores como el textil y el calzado, la ventaja de producir en el gigante asiático reside en su baratísima mano de obra y en sus interminables jornadas laborales. Desde julio hasta noviembre, la temporada alta que aglutina la mayor parte de los pedidos, los operarios de las cadenas de montaje ganan unos 150 euros al mes por turnos de entre 12 y 14 horas.

El grueso de los trabajadores son jóvenes de entre 16 y 25 años que han emigrado de las provincias agrícolas del interior de China, como Anhui, Henan o Sichuan, hasta las regiones industriales de la costa, como Guangdong (Cantón), que linda con Hong Kong. El sector juguetero del gigante asiático se concentra en Shantou y Chenghai, dos localidades cantonesas que hace tres décadas eran humildes pueblos de pescadores donde se empezaron a instalar plantas de reciclaje de plástico con el que luego se manufacturaba todo tipo de muñecos. A precios irrisorios, muchos de ellos se venden en las grandes superficies comerciales de Yiwu, una ciudad de la provincia de Zhejiang con más de 50.000 tiendas conocida como el «todo a 100» global.

Gracias a su imbatible mano de obra, la industria china del juguete, formada por 8.000 empresas, exportó en la anterior campaña 15.097 millones de euros, un 22,46% menos que en 2008 por el impacto de la crisis en sus principales mercados: Estados Unidos, Europa y Japón.

Para este año, el vicepresidente del gremio, Li Zhuo, confía en remontar el vuelo por «la mejora de la economía mundial, el auge de los países emergentes del sureste asiático y Oriente Medio y la demanda interna en China», donde las ventas de juguetes ascendieron en 2009 a 19.540 millones de yuanes (2.238 millones de euros).

En España, cada niño recibirá seis juguetes y el gasto medio será de 179,55 euros. Mientras las exportaciones, especialmente a la Unión Europea, sumaron 363 millones (un 35% de la facturación) en el año 2009, las importaciones alcanzaron los 760 millones. «El sector del juguete no ha sido ajeno a la situación económica actual. Aunque el efecto de la crisis ha sido menos notable porque el consumo se ha mantenido, ha bajado la facturación por la caída de los precios en torno a un 4 por ciento», explicó a ABC el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor, quien destacó el esfuerzo que han hecho las marcas para «renovar el 60 por ciento de sus catálogos cada año».

Conscientes de los problemas de calidad y seguridad que presentan numerosos artículos, los fabricantes chinos de juguetes están ajustando sus productos a los estándares y gustos occidentales, lo que ha reducido sus exportaciones por el aumento de costes y salarios. Según Pastor, «la tendencia actual está orientada a la reinvención y mejora del juguete, incorporando la tecnología como complemento que incrementa la interactividad y dándole un valor añadido». Así serán, esta noche, los juguetes que traigan los Reyes Magos «made in China».