La primavera será más cálida en toda España y más seca en el Sur

Pero la primavera comenzará con mucha inestabilidad debido a la entrada a partir de las últimas horas del viernes de una borrasca atlántica por el oeste peninsular, que el fin de semana afectará ya a toda la Península y Baleares, y que traerá “precipitaciones generalizadas aunque no muy abundantes”, matiza Ángel Alcázar, jefe del Área de Predicción de Aemet. El lunes y el martes es probable que continúe una situación similar al domingo, con chubascos de distribución irregular sobre la Península y Baleares, y las nevadas quedarán restringidas a zonas de montaña. En Canarias, las lluvias afectarán al norte de las islas. A partir del miércoles la incertidumbre es alta, aunque parece que “en principio podría haber una mejoría, aunque todavía puede haber alguna precipitación, sobre todo en el sur peninsular”, avanza Alcázar. Pero el sábado podría entrar una nueva borrasca por el Oeste.

En cuanto a las temperaturas, la entrada de esa nubosidad hará que las oscilaciones diarias tan grandes que se están dando en la meseta norte sea menor, pues se suavizarán las máximas y aumentarán las mínimas, desapareciendo las heladas. A partir del Jueves Santo las temperaturas tienden a recuperarse.

La primavera llega cargada con su típica inestabilidad, después de un invierno (entre el 1 de diciembre y el 29 de febrero) que ha sido muy cálido, con una temperatura media de 9,59ºC, valor que supera en 1,65ºC a la media de esta estación entre 1981-2010. Se ha tratado del segundo invierno más cálido desde 1961, por detrás tan solo del invierno de 1989-1990, en el que la temperatura media fue de 9,84ºC. Pero sí es el más cálido desde el comienzo del siglo XXI, superando en 0,73ºC al anterior registro más alto del siglo actual que correspondía al invierno de 2007-2008.

Ha sido un invierno atípico, en el sentido de que los valores medios se han superado en toda España, siendo la anomalía térmica más acusada, hasta de más de 3ºC, en el interior de la Comunidad Valenciana, Aragón y Cataluña. En la mayor parte de Baleares, Cataluña, sur de Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, interior de Andalucía y Cornisa Cantábrica, la anomalía fue de más de 2ºC, y en el resto fue en torno a 1ºC. En cambio, la primera quincena de marzo ha sido la más fría desde 1996, con una temperatura media 2ºC por debajo del valor normal.

En cuanto a las precipitaciones, hay que señalar que este invierno ha estado dentro de los valores normales, con una precipitación media de 195 mm (litros por metro cuadrado), lo que supone un 2% por debajo del valor medio del trimestre, siendo diciembre extremadamente seco -el más seco de toda la serie histórica- y febrero, muy húmedo. Pero esta cifra esconde las diferencias por comunidades que son enormes, casi se podría trazar una línea divisoria Norte-Sur más el litoral mediterráneo y ambos archipiélagos.

Así, en el Norte ha llovido este invierno por encima de lo normal, en algunas zonas más de un 75% de lo que es habitual, mientras que en el Sur y el Mediterráneo se mantiene el déficit, en algunos casos muy acusado, como en las provincias de Valencia, Castellón, Alicante y Almería, donde llovió un 75% menos de lo habitual. La predicción para la primavera no parece que vaya a ayudar a compensar el déficit hídrico en el Levante. Desde que comenzó el año hidrológico, el pasado 1 de octubre, el déficit acumulado en toda España es del 10%.