El Papa denuncia «la injusticia de quien rechaza y hace morir en el mar» a los inmigrantes

El salvavidas rojo ha quedado como cuerpo crucificado en una cruz de resina transparente instalada, al término del encuentro, en una pared frente al patio del Belvedere, el más grande los Museos Vaticanos, como recordatorio de la tragedia de los refugiados e inmigrantes.

Según Francisco, «he decidido exponer este chaleco salvavidas «crucificado» en esta cruz para que nos recuerde que debemos tener abierto los ojos y el corazón, para recordar a todos el deber inderogable de salvar toda vida humana».

El Santo Padre ha mencionado que «este es el segundo chaleco salvavidas que recibo de un grupo de rescate. El primero, hace algunos años, pertenecía a una niña ahogada . Este, a un inmigrante desconocido, desaparecido el pasado mes de julio, también en el Mediterráneo».

El Papa ha reiterado su agradecimiento a todas las personas que salvan vidas en el mar y ha insistido en que «el problema no se resuelve bloqueando sus embarcaciones. Hay que empeñarse seriamente en vaciar los campos de detención en Libia, valorando y poniendo en práctica todas las soluciones posibles».

Al mismo tiempo, según Francisco, «hay que denunciar y perseguir a los traficantes, que explotan y maltratan a los inmigrantes . Sin temor a revelar connivencias y complicidades con las instituciones».