Los padres se suman a las protestas de los jóvenes: «Haremos lo que sea necesario para protegerlos»

En el último año y medio, la presión social para protestar contra la inacción frente al cambio climático ha ido creciendo. El movimiento juvenil que inició la sueca Greta Thunberg se ha extendido a otros colectivos y ahora los padres se dirigen por carta a los países reunidos en Madrid para que tomen medidas audaces para hacer frente al cambio climático. Según ha avisado la ONU, los planes de recortes de emisiones de los países deberían ser hasta cinco veces más duros para poder evitar los peores estragos del cambio climático.

«Abordar la crisis climática no es responsabilidad de nuestros hijos: es nuestro trabajo como adultos y como padres actuar para tratar de darles a nuestros hijos el futuro que se merecen», dice el texto hecho público este jueves, en el que se insta a los gobiernos a repensar los compromisos climáticos actuales y a presentar planes que descarbonicen las economías.

Entre los grupos de padres firmantes también se encuentran algunos españoles, como Madres por el Clima. «Los desastres relacionados con el clima se han convertido en la norma y los niños están viendo puesta en riesgo su salud, su futuro y su vida debido al caos climático. No podemos aceptar que este sea el mundo que entregamos a nuestros hijos», dice Jesús García, un representante del grupo climático.

Ayer miércoles, durante la Cumbre del Clima de Madrid, la secretaria ejecutiva de la ONU para el cambio climático Patricia Espinosa, reconoció que «la movilización en las calles realmente ayuda a activar la toma de decisiones», por lo que es bienvenida.

«No estamos donde deberíamos estar para lograr limitar el calentamiento global a 1,5ºC. Y entiendo la frustración de la juventud, de los Fridays for Future , que piden más acción. Porque es una realidad, necesitamos hacer más», reconoció.

Organizaciones ecologistas de todo el mundo, sindicatos y diversos movimientos sociales han organizado, de forma paralela a la Cumbre del Clima, toda una batería de actividades y protestas. Su día fuerte será el viernes día 6, con una «Marcha por el Clima» que los organizadores esperan que supere los 150.000 asistentes.

Mañana se producirán dos movilizaciones, una en Santiago de Chile (la anterior sede de la cumbre) y una en Madrid (que partirá de Atocha y llegará a Nuevos Ministerios). Serán unas manifestaciones para decir que «frente a la inacción de los gobiernos, las personas estamos dispuestas a plantar cara ante la emergencia climática», comunican los convocantes. Porque después de un año de huelgas y protestas climáticas, todo apunta a que esta será la cita internacional en la que más se perciba la gran brecha que hay entre las negociaciones reales y las peticiones sociales.