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«No tengo ni para comer»

La crisis se ceba con España. Son jóvenes y emprendieron su vida con ilusión y sin sospechar que deberían enfrentarse a una situación que les está dejando literalmente en la miseria. Acuden a Cáritas para resolver sus problemas. Apenas pueden subsistir

«No tengo ni para comer»

«Hace un año estaba a punto de irme de vacaciones y ahora no tengo ni para comer, tengo que pedir ayuda». Esta frase, pronunciada por Carlos, un joven padre de 25 años, refleja la angustia de 600.000 personas que se ven obligadas a ... recurrir a Cáritas para atender sus necesidades más elementales. Son los nuevos pobres, españoles e inmigrantes, que con la crisis económica han visto tornarse en negros nubarrones el horizonte luminoso que les ofrecía una situación de bonanza en la que tenían trabajo, podían «embarcarse» en la compra de una vivienda, atender sin dificultades las necesidades más elementales de su familia y hasta permitirse algún capricho. Y sólo un año atrás.

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