Drogas e «imágenes fantásticas», la extraña relación entre el Día de la Bicicleta y el LSD

Los resultados no le decepcionaron. Preso de una intensa sensación de malestar, Hofmann le pidió a su asistente que le acompañara a casa. Las restricciones de guerra, la Segunda Guerra Mundial estaba en pleno apogeo, llevaron a que ambos investigadores tuvieran que pedalear por las calles. El malestar inicial se tornó en una extraña impresión. Hofmann escribiría en su diario que «tenía la sensación de estar inmóvil mientras se desplazaba a gran velocidad». Y, una vez en casa, la situación no mejoró: pasó horas convencido de estar poseído por el demonio, de que su vecina era una bruja y de que los muebles de su casa se movían para atacarle. Fue lo que luego se conoció como un mal viaje. Pero después se supo que fue el viaje del descubrimiento del LSD .

Este descubrimiento luego adquirió tintes místicos entre los entusiastas del compuesto. Quizás por ello, Thomas Roberts , un psicólogo de la Universidad de Illinois y defensor de las aplicaciones terapéuticas del LSD, decidió recordar el descubrimiento del ácido como el Día de la Bicicleta, en honor al peculiar viaje de Hoffman de aquel 19 de abril de 1943.

Sumido en el terror en mitad de su apartamento, Hofmann tomó leche, el antídoto genérico universal contra todo veneno desconocido. Pero el terror no remitió hasta pasadas varias horas, tal como escribió.

De repente, llegaron otras sensaciones diferentes: «Poco a poco pude comenzar a disfrutar de nuevos colores y juegos de formas detrás de mis ojos cerrados . Imágenes caleidoscópicas y fantásticas surgían en frente de mí, alternándose, abriéndose y cerrándose en círculos y en espirales, explotando en fuentes de color, recolocándose y mezclándose sobre sí mismas en un flujo constante...».

Gracias a estas impresiones, se averiguó que el causante de aquel «nirvana» de laboratorio era una sustancia psicoactiva de extraordinaria potencia , capaz de causar profundas alteraciones de la consciencia con dosis extremadamente bajas.

En un principio, se consideraba que la toxicidad del LSD era casi inexistente, y que teóricamente sus efectos desaparecían al eliminarse la droga de la sangre, pero algunos consumidores experimentaron inquietantes «flashbacks» y brotes de psicosis que en algunos casos llegaban a ser crónicos. Hoy en día se considera que puede provocar trastornos de depresión y ansiedad, episodios depresivos graves, cuadros psicóticos de tipo esquizofrénico, conductas de carácter paranoide, deficiencias en la memoria y en el pensamiento abstracto.

Mientras que Hofmann defendía el uso terapéutico del compuesto y aseguraba que gracias al LSD podía comprender y superar problemas emocionales de su infancia, aquellos que lo usaban por diversión, acababan precipitándose en un infierno.

Veinte años después del descubrimiento, el LSD se había convertido en la probable inspiración del tema de los Beatles «Lucy in the Sky with Diamonds» y era para algunos un símbolo de la cultura alternativa . Pero tan solo unos años después, el toque místico de la droga no pudo contrarrestar el temor a los graves daños que podía causar sobre la salud, o a su poder como símbolo de la cultura alternativa, y acabó ilegalizada en los Estados Unidos y en la mayoría de los países del mundo .