Madrugada de penitencia estival ante el mundo
Cofradías de trece ciudades españolas recorren Madrid para celebrar la JMJ
ABRAHAM COCO
Miraba la Quinta Angustia al cielo y no reconocía en él las nubes pucelanas bajo las que desfila cada Semana Santa en Valladolid. Tampoco Judas besaba con traición entre los árboles de la Alameda Principal de Málaga, ni San Pedro negaba ante los ojos de ... los vecinos de Orihuela. Eran otras nubes, otros árboles y otros ojos, los de miles de peregrinos llegados de todo el mundo, los que admiraban, quién sabe si por primera vez, la Pasión convertida en madera bíblica procesional durante el Vía Crucis de la JMJ .
Salzillo, Lastrucci, Gregorio Fernández, Benlliure, Ramón Álvarez y otros compañeros de oficio se citaron ayer en Madrid para tallar un evangelio que asemejara la capital con la Jerusalén del siglo primero en la que Cristo fue ajusticiado. Estos escultores crearon hace decenios y siglos, sin saberlo, los pasos de un acto histórico, presidido por Benedicto XVI , al que siguió una procesión en la que cofradías de trece ciudades lucieron sus pasos.
El desfile se inició con retraso, con idas y venidas de furgones policiales que trataban de atajar cualquier conato de protesta contra la visita del Papa que se produjera cerca del lugar por el que tenía que atravesar la procesión. Lo abría la Virgen de Regla, la de los Panaderos de Sevilla , la de los costaleros empapados por el sudor en este Viernes Santo de agosto.
La última Dolorosa coronada por Monseñor Amigo no echó de menos su calle Orfila, pues Madrid regaló lo mejor que tenía para premiar el esfuerzo de los cofrades por desplazar tantos kilómetros sus cristos y vírgenes. Sumados rozan los 5.000, a falta del trayecto de vuelta que algunos estarán ya realizando. Y de la misma forma que Regla no añoró Sevilla, tampoco se acordó el Dulce Nombre de su Santa Nonia. La cofradía leonesa participó con el resto de pasos, salvo la Sagrada Cena de Murcia —que regresó a Cibeles tras el Vía Crucis— en una carrera oficial que concluyó en la Puerta del Sol, donde cada hermandad inició el recorrido de vuelta hacia la sede donde se ha hospedado en los últimos días.
Riqueza artística
Pasos a hombros, a costal y a ruedas; pasos pequeños, grandes y tronos inmensos; pasos sin flores y otros con exuberantes adornos; pasos con bandas de cornetas y tambores, de palio y hasta una centuria romana. Ejemplos todos de la riqueza artística que atesoran las distintas formas de celebrar la Semana Santa a lo largo de España . Ayer, todas realizaron penitencia festiva, veraniega y pontificia para festejar la visita del Santo Padre.
La JMJ parió una madrugada de delirio cofrade a golpe de la sobriedad de Zamora, Cuenca o Segovia, con La Crucifixión, El Descendimiento y el Yacente, y del esplendor de las hermandades andaluzas de Úbeda, Granada o Jerez de la Frontera —con El Caído, el Despojado y el Jesús de las Misericordias— y los contrastes del Gran Poder madrileño, copia del original sevillano, y el Medinaceli de devoción firme y arraigada. Habrá quien aún no imagine lo que sucedió ayer.
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