la jmj sigue viva
Rouco destaca que «personas muy anticatólicas se transformaron tras la JMJ»
El cardenal presenta «Una verdadera cascada de luz», un libro que rememora la visita del Papa a Madrid el pasado verano
álvaro calleja
Cuando el pasado mes de abril el cardenal Rouco mostró en Roma al Santo Padre el libro oficial de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa exclamó un «¡ohh!» de asombro. La imagen que estaba viendo Benedicto XVI , la primera página ... del compendio de fotografías recién publicado por la editorial Erice, era una amplia vista aérea de Cuatro Vientos, donde dos millones de personas se dieron cita el pasado mes de agosto como peregrinos de la fe. Junto a esta instantánea inicial, Benedicto XVI tuvo la oportunidad de contemplar las 224 fotografías que, acompañadas por todos los discursos del Santo Padre, recorren de forma pormenorizada el viaje apostólico de aquellas cinco jornadas de fiesta celebradas en Madrid.
Este libro, titulado «Una verdadera cascada de luz» , fue presentado esta mañana en sociedad por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela , que iba acompañado de Isidro Catela y Anahí Rodríguez , editores del libro, de Yago de la Cierva , director ejecutivo de las jornadas, y de Inmaculada Galván , periodista. El cardenal aprovechó la ocasión para meditar con ellos sobre los frutos espirituales de la JMJ -concretados en una multitud de conversiones- y sobre la pertinencia de una nueva evangelización enfocada a los jóvenes.
El cardenal Rouco recordó a los presentes el papel del Papa durante la JMJ, cuya misión, dijo, «era subrayar la presencia del personaje principal» de esos días: «Cristo». A su vez, el arzobispo de Madrid subrayó la figura de Benedicto XVI, a quien recordó orando frente a la custodia toledana de Arfe, precisamente la fotografía que ilustra la portada del tomo.
«El contraste de la oscuridad de la noche con una multitud rezando, el Papa ante la custodia y una cascada de luz... (en referencia al árbol dorado presente en el altar)», dijo Catela en alusión a la imagen exterior del libro. «Es una obra para degustar », añadió. El editor también explicó que las fotografías contenidas en el tomo son producto de «cientos de fotógrafos profesionales voluntarios», que han procedido a escoger y a enviar sus dos instantáneas preferidas. El resultado final -de 302 páginas- han sido las 224 fotografías que componen el volumen, seleccionadas de un total de 15.000.
Entre los momentos inmortalizados se encuentran los días previos a la JMJ, el Via Crucis, la Fiesta del Perdón y, por supuesto, la Vigilia de Oración y la misa de clausura.
Recuerdos imborrables
Para Galván, la JMJ fue «un regalo, una joya ». Según la periodista, fue «una jornada que sigue dando frutos». Si no, dijo, «no estaríamos aquí presentando el libro». «Cuando se pasa el mes de agosto hay que buscar medios para que ese poso siga. Tenemos comunidades o grupos para vivirlo. Y, ahora, tenemos este libro. Absorbimos tanto en tan poco tiempo que ahora hay que llevarlo a la cabeza y al corazón», añadió.
Tras la experiencia de la presentadora de televisión vinieron las anécdotas de la mano de Yago de la Cierva, quien volvió a recordar la tormenta sufrida durante la Vigilia en Cuatro Vientos. En aquel momento, el director ejecutivo de las jornadas quiso trasladar al Papa una disculpa, según él, «sin sentido»: «Dile al Papa que sentimos mucho la tormenta », pidió a uno de los organizadores.
La respuesta de Benedicto XVI le fue devuelta con prontitud. «¿Por qué? Ha sido providencial . Quedó claro lo esencial del momento: la adoración del Señor. Además, se ha visto el tipo de gente que participa en la JMJ», declaró De la Cierva parafraseando al Papa.
«Personas muy "anti" que han cambiado»
El cardenal Rouco tomó la descripción retórica pronunciada por el Sumo Pontífice de «una cascada de luz» para referirse a los frutos que, según él, habían aportado las jornadas de la juventud. «Uno de los grandes frutos de la JMJ fue la adoración del Señor, ese momento decisivo en el que el hombre ve quién es». Y enfatizó: «Fue un acontecimiento del espíritu para los jóvenes. Llevarles a Cristo es llevarles luz, perspectiva. Fue una lección de catolicidad ». En este sentido, Rouco apremió a llevar a luz de Cristo a todos los jóvenes del mundo, sobre todo a los más necesitados y a los parados. «Ahora no hay que ir a Vietnam, o donde se libran grandes batallas. Hoy -aseveró- los jóvenes tienen circunstancias de otro tipo».
Asimismo, tras recordar las 40.000 confesiones que se celebraron en la Fiesta del Perdón del parque del Retiro, Rouco señaló que, tras «patear la diócesis de Madrid», ha podido constatar los beneficios apostólicos de la visita del Papa. «Personas mayores muy "anti, anti", han cambiado radicalmente», dijo. Como aquella persona, recordó, que se acercó a uno de los confesores situados en Cuatro Vientos (repletos de dos de la tarde a seis de la mañana) y dijo: «Soy un joven que no se confiesa desde hace cuarenta años».
En el prólogo de «Una verdadera cascada de luz», el cardenal incide sobre los efectos de la JMJ: «La Iglesia de Madrid se ha renovado por dentro . He podido comprobar personalmente cómo la realidad de la pastoral juvenil (…) ha adquirido dinamismo espiritual, auge y compromiso apostólico (…). Podemos decir que hay un antes y un después de la JMJ». Aunque no presentó cifras, el arzobispo de Madrid dijo compartir la sensación con muchos sacerdotes de haber observado un incremento de la fe en numerosas parroquias.
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