La incongruencia de Celaá: lo que quiso para sus hijos no lo quiere para los españoles

El Instituto de la Bienaventurada Virgen María Irlandesas (IBVM) es toda una institución en Lejona, situada a unos 10 kilómetros de Bilbao. En este municipio se levantó el actual edificio en 1975, aunque su historia en el País Vasco se remonta al año 1904. El centro se autodefine como «católico, concertado, plurilingüe e integral» , y pertenece a una red de escuelas repartidas por la geografía española que fue fundada por la religiosa británica Mary Ward.

Antiguas estudiantes explican que, en la década de los 80, cuando la escuela acogió a Bárbara y Patricia Aspichueta , las hijas de Celaá, esta ya era concertada y estaba reservada exclusivamente a mujeres. El uniforme era obligatorio, y la mayoría de las profesoras eran religiosas irlandesas , de forma que era muy habitual que se comunicaran en inglés. «Ya casi no hay monjas, pero en nuestra época era llegar por la mañana, rezar una oración y comenzar a hablar mucho inglés. El nivel todavía hoy es muy alto», aseveran. Sobre el peso que tenía la religión en las aulas, sostienen que, si bien estaba presente, no era «determinante» en el día a día.

Las exalumnas con las que se ha puesto en contacto este periódico dicen guardar «muy buenos recuerdos» de las Irlandesas, un centro que, aunque niegan que sea «elitista», ha recibido a «muchas niñas con apellido» de localidades como Bilbao, Portugalete y Guecho.

A modo de ejemplo, por las aulas de las Irlandesas pasaron la hija de Mario Fernández, expresidente de Kutxabank; o la de Pedro Toledo, quien fuera copresidente del BBV. Antiguas compañeras recuerdan a Bárbara y Patricia como unas «muy buenas» estudiantes .

La buena trayectoria académica de las hijas de Celaá no varió de rumbo, y ambas ostentan a día de hoy trabajos de responsabilidad en sus respectivos campos. Patricia se licenció y es doctora en Farmacia por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), donde ahora ejerce como profesora e investigadora. Por su parte, Bárbara, que es licenciada en Derecho Económico por la Universidad de Deusto, dio el salto al mundo empresarial, y ahora trabaja para una compañía de seguros.

Muchas cosas han cambiado desde el paso de las hijas de Celaá en el número 1 de Santsoena Auzoa, donde se erige todavía el B.V. María Irlandesas. Otras, no tanto. Los alumnos siguen acudiendo a clase en uniforme, aunque los más pequeños, los que aún no han llegado a Primaria, suelen llevar chándal. «Por comodidad, más que nada», deslizan algunos padres. Por otro lado, todavía se mantiene en las aulas la costumbre de rezar a primera hora.

«Y nos lavamos las manos», apunta, circunspecto, uno de los pequeños alumnos a las puertas del centro. Junto a él, su madre, que como muchas otras reconoce su preocupación por lo que se barrunta estos días en el Congreso de los Diputados. Existe un indisimulado «temor» ante la posibilidad de que les arrebaten «la libertad para escoger colegio» . «Yo tengo la opción de llevar a mis hijas a la pública o pagar un poco más y tener más servicios», argumenta Gema, otra de las madres, que entre otras «prestaciones», destaca que los estudiantes de las Irlandesas tienen derecho a médico y a tener un profesor de inglés en la ESO adecuado a su «nivel». Este año, la cuota es de 274,28 euros, cifra que aumenta hasta los 290,18 para los niños de Educación Infantil.

El problema, señala la propia Gema, es que si les quitan el concierto, a su familia le será imposible asumir las cuotas del colegio. «No puedo pagar 1.000 euros al mes por mis dos hijos. Y como yo, la mayoría -destaca-. ¿Y entonces, dónde llevamos a los niños? No hay tanto sitio en la pública» .

En el seno del AMPA lo que impera es un sentimiento de «enfado» . Y es «mayúsculo», recalca uno de los integrantes de la asociación, que afirma sin ambages que los padres «están que se suben por las paredes» por las iniciativas de la ministra de Educación. « Están alucinando , nadie obliga a meter a los hijos en la concertada». En este sentido, subrayan que los nietos de la dirigente socialista acuden a esta misma escuela y que la propia Celaá fue a un centro que sigue siendo concertado y religioso como es el del Sagrado Corazón de Bilbao . «Entonces, ¿de qué va?», exclama este padre.

La concertada ha comenzado a movilizarse contra la actuación del Gobierno. También la red de las Irlandesas, el colegio que ha acogido a dos generaciones de la familia de Celaá y que ahora no se cruza de brazos frente a sus intentos de limitar la libertad de los padres para escoger dónde deben estudiar sus hijos.

Según ha podido saber ABC, desde Irlandesas han comenzado a enviar a las familias de sus alumnos correos electrónicos en los que se las invita a sumarse a la «Plataforma Concertados» , destinada a coordinar «acciones y movilizaciones» contra la Lomloe, una ley que consideran «perjudicial para la pluralidad del sistema educativo».