El Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera certifica el cambio brusco, que recibe el nombre técnico (en inglés) de ' heatburst '. La citada institución científica emitió un comunicado en el que se refería a «la presencia de un núcleo en la superficie con expresión en la altitud, centrado al oeste del territorio y que se desplazaba lentamente hacia el lado sur y sureste». Y agrega el IPMA que se trataba de una masa de aire caliente proveniente del norte de África , con polillas en suspensión.
Tan inusual fue la situación que, antes del amanecer, la temperatura se elevó hasta los 32 grados desde, lo que se tradujo en la madrugada más tórrida que hay registros oficiales.
Diversos testigos de Beja certificaron que se levantó una insólita bocanada fuerte de viento caliente que provocó la caída de una decena de árboles de gran tamaño, aproximadamente.
El Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera determina igualmente que, de forma paralela, la humedad relativa del aire descendió un 35% en un instante, algo que tampoco suele manifestarse normalmente.
No fue el único lugar del territorio portugués donde este 'heatburst' salió a la luz, pero el IPMA refleja que el del Alentejo se distinguió como el más acusado, con diferencia.
Al mismo tiempo, los técnicos y científicos del órgano luso enfocaron otra parte de su labor a la actividad sísmica de las Azores , que viene siendo (muy) superior a la habitual en este archipiélago de origen volcánico. Así, detectaron varios terremotos de entre 5 y 6 puntos en la escala de Richter, en la Isla de Corvo.
Un hecho que aconteció unas semanas después del aluvión de temblores en la Isla de San Jorge . Hasta el punto de que se registraron más de 2.000 a lo largo de una semana.
De momento, Corvo no alcanza esos niveles, pero las mediciones han encendido las alarmas en el Instituto Portugués, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.
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