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«Me gusta llevar a casa lo que vivo en el hospital y pensar en ellos»

Gabriella Juan Weiss tiene 18 años y es voluntaria de la Fundación Aladina. Por las mañanas va a la Universidad y todos los martes la esperan en el Niño Jesús desde las cuatro hasta las ocho de la tarde para charlar, jugar o estar en silencio con los pacientes

Gabriella, voluntaria de la Fundación Aladina, juega con Carla ISABEL PERMUY

J. G. STEGMANN

El voluntariado es una de las medidas de apoyo más potentes de Aladina. Los voluntarios pasan cada uno cuatro horas semanales con los niños jugando con ellos, charlando, riendo, o simplemente en silencio . La gran mayoría ya ha hecho cursos de voluntariado aunque « ... todo el que viene con el afán de ser voluntariado jamás se va, incluso los que nunca han estado con pacientes oncológicos», cuenta Lorena, de la Fundación Aladina. Hay gente de todas las edades, desde los 18 hasta los 60 años.

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