Nuestro competidor griego ya llena de turistas sus playas y hoteles

La temporada turística en Grecia comenzó oficialmente el pasado 15 de mayo, una industria que hasta el comienzo de la pandemia representaba el 20,8% del PIB nacional y el 21,7% del empleo --casi un millón de personas, un número bastante mayor que el de los funcionarios del país--. Sin embargo, con la irrupción del virus uno de los principales motores económicos del país se desplomó un 80 por ciento y las autoridades helenas temen que la situación no remonte del todo la próxima temporada.

El ministro de Turismo, Járis Theojáris, ha insistido que la apuesta griega para este año «no es sólo la promoción de la riqueza natural del país, sino también la seguridad frente al Covid-19, ya que el virus permanece entre nosotros». Para cumplir con un turismo seguro, las autoridades han desarrollado nuevos protocolos en hoteles, playas, autobuses, visitas organizadas, museos, yates y empresas de restauración. Incluso también en los aeropuertos y fronteras terrestres.

El objetivo griego es ahora recuperar el 40% de los turistas que visitaron el país en 2019 (más de treinta millones, casi tres veces su población), sobre todo los de origen europeo: alemanes, franceses, ingleses y polacos. Alemania no impondrá cuarentena para los viajeros que regresen de Grecia este verano, mientras que sí lo tendrán que hacer los ingleses.

Entre sus prioridades el Gobierno también se ha planteado un protocolo de ingreso al país con un formulario de localización del viajero (PLF), realizado un día antes de la salida y una prueba de PCR negativa en inglés, efectuada hasta 72 horas antes de la salida. También se puede viajar a Grecia con un certificado en el que conste que se ha pasado la enfermedad o con un certificado de vacunación (al menos 14 días antes del viaje).

Ahora los griegos aceptan la mayoría de las vacunas, incluyendo la rusa y la china . El primer ministro Kyriakos Mitsotakis considera que el acuerdo provisional sobre el 'Certificado Digital Europeo de Covid-19' alcanzado este jueves entre el Consejo y el Parlamento Europeo «facilitará la libertad de circulación dentro de la UE y contribuirá a los esfuerzos de recuperación económica».

Otra de las medidas que se plantea el Gobierno son los controles con pruebas rápidas. Los empleados en actividades turísticas tienen que someterse a dos test por semana hasta que sean llamados para vacunarse. Treinta y cinco hoteles en todo el país además ya están preparados para recibir y atender de forma gratuita a los turistas que tengan que estar en cuarentena por dar positivo o por ser contactos estrechos.

El presidente de los hoteleros griegos, Alexandros Vasilikós, considera que todavía hay pocos hoteles abiertos y pocas reservas pero que existe la obligación de prepararse para conseguir que «el país vuelva al semáforo verde», como Portugal, lo antes posible. «La prioridad es la salud pública» comenta y espera que lleguen más turistas a partir de finales de junio.

En Rodas, uno de los destinos más preciados junto a la isla de Creta, los hoteles se están llenando poco a poco y cada día aumentan las reservas. Cristina Pavlidu, que trabaja en el Grande Albergo delle Rose, el hotel más señero y céntrico de la isla con un famoso casino, comenta a ABC que el casino abrió el sábado pasado desde las 12 del mediodía hasta medianoche y este jueves lo hizo el hotel, con muchos clientes procedentes de Israel.

En la isla de Tinos, Petros Santamuris se ocupa del negocio familiar de alquiler de habitaciones. «Por ahora no hay casi reservas, pero las esperamos hasta finales de junio y pienso que habrá muchos visitantes desde el 15 de julio hasta el 25 de septiembre». Atraídos por el Santuario de la Virgen, muy querida por los ortodoxos, en esa isla, siempre hay turismo local y también muchos franceses y alemanes. «Este año llevamos mucho retraso», admite Santamuris, pero a la par resalta ayuda recibida por el Estado a todo el sector desde la primavera pasada.