Francisco aparta al director del coro de la Capilla Sixtina por corrupción

La investigación sobre «aspectos económico-administrativos» fue autorizada «hace varios meses» por el Papa según el escueto comunicado del Vaticano sobre un caso deplorable en el coro más antiguo del mundo, fundado como tal en 1471, pero cuya historia se remonta a la Schola Cantorum creada por el Papa Gregorio Magno en torno al año 600.

Hace aproximadamente un mes, la prensa italiana informaba que los investigadores del Vaticano habían interrogado antes del verano al director administrativo, Michelangelo Nardella, y a comienzos de septiembre al maestro del coro , el musicólogo salesiano Massimo Palombella.

El diario «La Stampa» informó entonces que el presunto delito tuvo su inicio con «la apertura de una cuenta bancaria (en un banco italiano) en la que tenían firma tanto Nardella como Palombella, y por la que circulaba dinero procedente de conciertos del Coro de la Capilla Sixtina, utilizado posteriormente para gastos personales». La apropiación de fondos públicos es un delito grave en todos los países, incluido el Estado del Vaticano.

El director administrativo, Michelangelo Nardella, había sido suspendido de sus funciones el pasado mes de junio por una irregularidad de gestión: haber utilizado frases de un mensaje antiguo del Papa Francisco para promocionar un concierto.

El último gran concierto internacional del Coro de la Capilla Sixtina tuvo lugar el pasado mes de mayo en el Metropolitan Museum de Nueva York en la velada inaugural de una exposición de moda que incluía gran número de antiguos ornamentos litúrgicos.

Posteriormente, el Coro suspendió una gira por Estados Unidos prevista para este verano sin dar ninguna explicación, pero probablemente a causa de las irregularidades descubiertas.

En otros tiempos, un delito de este tipo se hubiese resuelto a puerta cerrada a cargo de sus jefes inmediatos, pero Francisco ha marcado la línea de actuación prioritaria de la Gendarmería Vaticana, los fiscales y el Tribunal del Vaticano.

En los últimos años son frecuentes los arrestos y los juicios como los que han terminado en condenas del mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, por filtración dedocumentos; del sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda , por un delito similar; y del «numero tres» de la nunciatura en Washington, Carlo Alberto Capella, condenado a cinco años de prisión por intercambio de pornografía infantil.