Félix, el primer trasplantado de brazos y hombros del mundo vuelve a abrazar a su familia 20 años después

Después de décadas sin ellos, el islandés logró convencer a un cirujano para que le realizase un doble trasplante de brazo y hombro en una operación de 15 horas en enero de 2021 .

En 2007 la vida de Felix comenzó a cambiar. Conoció en una conferencia a Reykjavik a Jean Michel Dubernard, un médico conocido por sus trasplantes de manos. Durante años Gretarsson y el doctor mantuvieron el contacto. Así, en enero de 2021 el médico le practicó a su paciente un doble trasplante de brazos, una intervención que parecía imposible para muchos.

Gretarsson ha sorprendido a los cirujanos con su increíble recuperación que le permite volver a realizar movimientos que había perdido por completo . Ahora puede cepillarse los dientes, lanzar pelotas a su perro y ha logrado abrazar a su hija por primera vez desde que ella era un bebé. «Después de verlos llorar cuando eran pequeños y no poder sostenerlos, fue indescriptible», cuenta emocionado a 'Daily Mail' sobre la sensación de poder tocar con sus nuevos brazos a su familia. «Esta mañana, llevamos a pasear a nuestros perros y estaba sacando la mano por la ventana y sintiendo el viento en la mano, fue un momento muy extraño», señala sobre las primeras experiencias que está viviendo.

«Ser capaz de rascarse sin frotarse con algunos muebles: no te das cuenta con qué frecuencia al día necesitas tocarte la nariz o los ojos o rascarte la cabeza, y ahora lo hago constantemente», explica Gretarsson sobre los pequeños gestos de los que no nos damos cuenta y que él puede volver a hacer.

«¡La semana que viene cumplo 50 años, así que me he vuelto loco tratando de limpiar la casa para la fiesta en el jardín! En algún momento sientes que estás listo para hacerlo, el movimiento comienza a llegar pero no hay fuerza al principio, solo una pequeña fracción de nervios en el músculo para poder contraerlo hasta cierto punto», relata sobre cómo sintió que tenía sensibilidad.

«Es muy desafiante y frustrante tratar constantemente de hacer algo, pero la recompensa es increíble cuando, de repente, estos movimientos comienzan a manifestarse». El mes pasado, Félix sostuvo un teléfono móvil por primera vez en su vida, antes del trasplante, lamía o usaba su nariz para tocar la pantalla. Su vida ha cambiado por completo.