Fátima, una musulmana acosada por un imán por no llevar velo

En la denuncia que presentó el 19 de diciembre de 2008, Fátima G.G. relató que trabaja como mediadora cultural en el Ayuntamiento de Cunit y que, como consecuencia de dicho empleo, que realiza desde julio de 2007, empezaron los problemas con el imán de Cunit y con el presidente de la Asociación Islámica.

La intención de ambos, así como de la mujer e hija del imán, era que "dejase su puesto de trabajo", considerando que el hecho de vestir de forma occidental, que ella y sus hijos se relacionasen con españoles no musulmanes y que "estuviera al margen" de la comunidad islámica "la hacían merecedora del reproche de ésta”.

La denunciante explicó que, tanto el imán como el presidente de la asociación, han llegado a decir a su marido que "no era mujer para él, y que le ofrecían poder casarse con otra", mientras que sus hijos sufren amenazas de otros niños de la comunidad islámica, que "los excluyen por jugar con niños españoles no musulmanes".

Días después, el juzgado de instrucción número 1 de El Vendrell dictó una segunda orden de alejamiento que prohibía al imán de Cunit, a su esposa, a la hija del matrimonio, y al presidente de la Asociación Islámica, acercarse a menos de 300 metros de la mediadora, y a los hijos de ésta.

Por otra parte, la alcaldesa de municipio, Judit Alberich (PSC) fue acusada de haber coaccionado a Fátima para que dejase su puesto de trabajo. Alberich negó los hechos y aseguró que "en ningún momento he prohibido a ninguna autoridad policial la detención de nadie que haya infringido la ley", y mostró su apoyo a la víctima. Alberich insistió también en que "nunca" ha coaccionado "ni siquiera sugerido" a Fátima G. que dejara su puesto de trabajo.