«¿Están aquí porque todos quieren morirse?»: el peligro real de los chats para suicidas

El grupo ha fluctuado estas últimas semanas en el número de participantes, y de vez en cuando, al releer los mensajes antiguos aparecen cuentas eliminadas : su dueño, posiblemente, ha terminado quitándose la vida. «Están aquí porque todos quieren morirse, ¿no? Pero espero que en el interior de ustedes exista algo que se aferre a esta vida de mierda, suerte a todos», preguntaba uno de ellos. Y otro respondía que «en cierta manera sí», pero también «porque aquí muchos encuentran el apoyo que no logran en otros lados». «Llevo con antidepresivos ya dos meses, la verdad es que es muy difícil, a veces todavía estoy triste y pienso en hacerlo, pero ya no como antes cuando pensaba en matarme al menos 3 o 4 veces al día», contestaba N.

«¿Por qué no vas a un psicólogo o psiquiatra?», preguntaba E. a un menor de edad. «Vivo con mis padres y a ellos les parece algo estúpido... », respondía el joven. «Mis padres dicen lo mismo», añadía también N.O., que aclaraba que aunque su familia intenta ayudarla «no saben cómo». «Por lo menos lo intenta, la mía creo que solo me ve como una carga», respondía el joven.

El pasado 2020 batió otro récord en España , con 3.941 suicidios. Es la principal causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, y a nivel global suponen 2,7 veces las provocadas por accidentes de tráfico, 13,6 veces más que los homicidios y casi 90 veces más que la violencia de género, según el informe que elabora anualmente el Observatorio del Suicidio en España. Muchas de estas personas, jóvenes y no tanto, encuentran en internet su refugio.

De los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) relativos a este mismo año se desprende que hasta 1.766 personas se quitaron la vida mediante ahorcamiento o sofocación . Otras 1.062 lo hicieron al precipitarse desde una altura considerable. Precisamente sobre estos métodos versa la conversación en internet, que llega incluso en ocasiones a convertirse en un intercambio de ideas sobre dónde conseguir medicación y otras sustancias dañinas en el mercado negro.

«Ellos buscan información, recursos, apoyo, validación y puesta en común con personas que tienen las mismas inquietudes, que se autolesionan también. Tienen la necesidad de sentirse escuchados en algo que llevan silenciando durante mucho tiempo, e internet les proporciona el anonimato y la seguridad de poder expresar lo que sienten y que la sociedad no entiende», explica a ABC Luis Fernando López , psicólogo sanitario y experto en suicidios y adolescentes. El joven -añade este profesional-, ha convertido las redes sociales en el principal método de comunicación para pedir ayuda, buscar recursos e información relacionada con la salud mental o las autolesiones.

Es precisamente en redes sociales como Instagram, Tik Tok, Telegram, Signal o WhatsApp -aunque menos- y grupos abiertos «donde buscan recursos, apoyo, información, métodos indoloros de autolesionarse...», añade López. De hecho, a la obtención de información o recursos sobre cómo cometer el suicidio se le denomina cibersuicidio . Sin embargo, tal y como confirman también fuentes policiales, ninguno de los participantes cometen un delito, ni siquiera por inducción o cooperación al suicidio. Los pensamientos suicidas campan así a sus anchas y ninguna red social hace nada por evitarlo.

Para estas personas es difícil encontrar apoyo a nivel estatal. Anunciado a bombo y platillo por parte del Gobierno de España, el teléfono gratuito 024 que será único para el suicidio aún no está en funcionamiento. «Todavía no está disponible», dice un contestador automático al otro lado del auricular cuando le entra una llamada. Son las asociaciones de voluntarios, como el Teléfono contra el Suicidio ( 911 385 385 ) de la Asociación La Barandilla quienes han trabajado en los últimos años por intentar atajar un problema sobre el que cada vez existe más conciencia social.

«Los jóvenes, por desgracia, buscan apoyo y ayuda en las redes sociales, y a veces no es lo más adecuado», desgrana a ABC Junibel Lancho, responsable y coordinadora del Teléfono contra el Suicidio. Son precisamente los menores quienes «buscan en Google cosas sobre cómo puedo quitarme 'este mal rollo'. Y los padres, como no se llevan bien con ellos, son los últimos que se enteran de lo que les pasa», añade esta psicóloga.

Pero, ¿cómo ayudarles?, se pregunta Lancho: «Se trata de acompañarlos, darnos cuenta de las señales que mandan como la irritabilidad, el cambio de conducta y comportamiento; pero también hay que utilizar más el corazón, la empatía y la amabilidad. Decirles que estamos aquí para lo que quieran, que los vamos a acompañar». Y ese proceso, precisamente, debe hacerse «sin juzgar» al que está delante por las cosas que lo atormentan, añade la psicóloga.

Nueve de cada diez personas con ideación suicida llegan precisamente al teléfono de la Asociación La Barandilla tras buscar en internet -es la primera sugerencia al escribir 'suicidio' en Google-. Y si hay algo que quiere dejar claro Lancho es que « el suicidio se puede prevenir , igual que la ansiedad o las depresiones». El problema, una vez más, tiene que ver con el tabú que rodea a esta lacra: «Psicólogos y psiquiatras seguimos estando muy estigmatizados», se lamenta.

Teléfonos de interés: 911 385 385 ( Teléfono contra el Suicidio ) y 717 00 37 17 ( Teléfono de la Esperanza ). El 024, anunciado por el Gobierno, aún no se encuentra en funcionamiento.

[PDF: Guía de autoayuda para la prevención del suicidio ]

[PDF: Guía para familiares: detección y prevención de conductas suicidas ]

[PDF: Guía para familiares en duelo por suicidio ]