España, un país libre de humos

2011 es un buen año para dejar de fumar. La nueva ley y la subida del tabaco ayudarán abandonar el hábito

ABC

S.C.

Uno de cada tres fumadores intentará dejar de fumar en las primeras semanas de 2011, una cifra que podría aumentar si se cumplen los pronósticos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). «Este año estamos de enhorabuena —afirma el doctor Plácido ... Gascó, coordinador del Grupo de abordaje al Tabaquismo— al margen de los buenos propósitos que siempre acompañan los primeros meses y que suponen el 60% de los intentos de abandono, se ha sumado la reforma de la ley, la subida del tabaco y la próxima distribución de las nuevas cajetillas con imágenes impactantes». El portavoz del Comité Nacional para la prevención del tabaquismo, Rodrigo Córdoba, cree que a finales de 2001 medio millón de personas habrán dejado de fumar.

Sin embargo, desde la semFYC se alerta de lo complejo que resulta en algunos casos dejar de fumar. Según las estadísticas, entre los que lo intentan, un 25% solo auganta un día sin fumar; el 40% entre dos y siete días y solo un 12% supera los tres meses. «Las primeras cuatro a ocho semanas son cruciales, en ellas desaparece el síndrome de abstinencia y una vez superadas podemos empezar a hablar de éxito», comenta el doctor Gascó, quien nos recuerda que el tratamiento farmacológico triplica las posibilidades de éxito. Medicinas basadas basadas en la nicotina (como parches o chicles), Bupropion (antidepresivo) y Varenicline son las tres opciones con las que se va a encontrar el paciente que acuda a la consulta del médico en busca de ayuda para dejar el tabaco. «No todo el mundo las necesita, pero tiene que ser el médico el que tras un test que mida el grado de adicción determine cómo ayudar al paciente», concreta Plácido Gascó.

Por cuatro euros al día

En España no existe financiación pública para dejar de fumar, al contrario de lo que ocurre en otros países como Reino Unido, donde el SNS reembolsa al ciudadano parte del coste del medicamento. El tratamiento farmacológico, cuya duración puede oscilar entre las seis y las doce semanas, supone para el paciente una inversión de cuatro diarios. Si bien este importe puede llegar incluso a ser inferior a lo que cuesta una cajetilla de tabaco, supone un elevadísimo importe que debe afrontar el ciudadano en solitario.

Acupuntura, hipnoterapia, acupresión, electroestimulación y tratamientos con láser se ofertan de forma masiva como terapias alternativas a la hora de plantarle cara a la cajetilla de tabaco. Desde el Grupo de Abordaje del Tabaquismo subrayan que «no todos los tratamientos para dejar de fumar son eficaces ya que nos disponemos de ningún estudio que lo demuestre».

Existen molestias colaterales al hecho de abandonar el tabaco y los expertos nos avisan de ellas. Ansiedad, insomnio, nerviosismo, cansancio, ahogos e incluso estreñimiento suelen acompañar el periodo de desintoxicación de las primeras semanas.

A la hora de dejar de fumar, los expertos aconsejan que se fije una fecha concreta y que se empiece a «trabajar la estrategia» dos semanas antes. Es importante comunicar nuestra decisión a familiares y amigos, analizar los intentos previos de abandonar el hábito, evitar el consumo de alcohol durante las primeras semanas y la retirada de nuestro entorno de productos relacionados con el tabaco.

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