La siniestra historia de los hermanos gemelos Bogdanoff

Parece probado que los Bogdanoff nacieron en 1949 en Saint-Lary-Soulan, en los Pirineos, en el seno de una familia donde es difícil distinguir las leyendas, la mentira, la fabulación , los orígenes «aristocráticos» (rusos, georgianos), con un rosario de familiares austríacos con muchas relaciones amorosas fuera del matrimonio en varios países europeos, España incluida.

Está certificado que ingresaron de urgencia el 15 de diciembre pasado en el parisino Hospital Georges Pompidou. Grichka falleció el 28 de diciembre. Su hermano, el lunes día 3 . Tratándose de antiguos ‘divulgadores científicos’, durante los años 70 y 80, su fallecimiento recuerda la dimensión trágica de su carrera: ambos hermanos, doctores con títulos falsos, autores de libros denunciados por la comunidad científica, defensores de lunáticas visiones sobre los orígenes del cosmos, perseguidos judicialmente por lanzar teorías peligrosas, terminaron «dudando» de las vacunas y la política sanitaria contra el Covid, enarbolando una «libertad» que ha terminado conduciéndolos a la tumba.

Su fallecimiento impedirá la celebración del más atroz de los procesos judiciales, a finales de este mes, cuando el Tribunal de París debía juzgarlos por «abuso de confianza» de un millonario enamorado de uno de ellos que terminó suicidándose cuando descubrió que los hermanos Bogdanoff le habían extorsionado varios centenares de miles de euros.

Los Bogdanoff fueron condenados en muchas ocasiones. Su primera carrera como ‘divulgadores científicos’ terminó mal en los años 80, perseguidos por una comunidad científica horrorizada por los delirios «futuristas» del que ellos mismos fueron las primeras víctimas. En su juventud, los Bogdanoff fueron hombres atractivos . Hasta que decidieron ponerse en manos de un ‘cirujano’ norteamericano que los convirtió en cobayas de sus tratamientos para la «eterna juventud». Cirugía estética y hormonas convirtieron sus rostros en mascarones. Ya muy lejana su antigua carrera de divulgadores científicos, los Bogdanoff iniciaron una nueva carrera de ‘animadores’ de programas de baja estofa, convirtiendo la metamorfosis de su rostro en motivo de ‘risa’ y ‘chanza’.

Según sus mejores amigos, su «abuso» de la «medicina estética» terminó dando a sus rostros una fisonomía inquietante, que complicó mucho sus relaciones con los inspectores de policía que los detuvieron en muchas ocasiones. El último y más grave de los escándalos debía comenzar a juzgarse a finales de mes: durante los últimos cinco años habían sonsacado centenares de miles de euros a un millonario psicológicamente frágil que terminó suicidándose. El proceso prometía ser un gran espectáculo. La muerte prematura de los acusados entierra esa tragedia en una polvorienta tumba de millares de legajos judiciales.