El encaje dispar que encuentran las reválidas en Europa

En el modelo educativo británico existen exámenes estatales de evaluación de competencia de los alumnos. Entre los 14 y los 16 años, al acabar el equivalente a la secundaria, afrontan los exámenes del Certificado General de Educación Secundaria (GCSE), que deben pasar para poder seguir en la ruta a la universidad. En los dos años finales del equivalente al bachillerato, los alumnos se enfrentan a los temidos A Levels (Nivel Avanzado), que dan paso a la universidad. Según la nota que logren en los A Levels pueden acceder o no a la universidad y aspirar a centros de mayor o menor calidad, por Luis Ventoso.

En Francia, los alumnos no pasan de un nivel a otro si no alcanzan unas notas mínimas. No se realizan reválidas y la selección se lleva a cabo a través de notas semanales y/o mensuales. Si el alumno no alcanza las notas básicas, debe repetir el curso. Para pasar de bachillerato a la universidad los alumnos pueden presentar su inscripción; pero las universidades son muy libres de aceptar o no sus candidaturas, en función del historial escolar, incluso de la procedencia geográfica de los alumnos, por Juan Pedro Quiñonero.

En Italia hay dos reválidas. La primera, llamada «examen de 3ª media», se realiza al final de la enseñanza media (ciclo que se inicia a los 11 años y se concluye a los 14) y se debe superar para acceder al Liceo. Se trata de una reválida interna, con un tribunal compuesto exclusivamente por profesores de la propia escuela. La segunda reválida es el llamado «examen de maturità» que se realiza después de 5 años de Liceo. Superando esta reválida se obtiene el «Diploma de Maturità», imprescindible para entrar en la universidad, por Ángel Gómez Fuentes.

Desde el año lectivo 2009/2010, el sistema educativo portugués se divide en tres grandes ciclos, comenzando por el básico (hasta los 9 años), el secundario (hasta los 12 años) y el superior, que incluye la enseñanza politécnica y universitaria. El sistema de créditos regula que, después de la primera fase, los alumnos deben aprobar el último curso si quieren saltar de ciclo. Al terminar el periodo intermedio, la reválida comienza en el centro de estudios, y después hay que superar un examen, informa Francisco Chacón.

La primera criba es a los doce años. Según una estricta nota media extraída del rendimiento escolar durante el segundo semestre del quinto curso y el primero del sexto, obtienen o no el certificado Gymnasialempfehlung. Éste les posibilita acceder en el séptimo curso a un centro orientado a los estudios de bachillerato que conducen a la universidad o a formaciones profesionales de diferentes tipos. Los alumnos alemanes que continúan con los estudios superiores tienen otra prueba a los 15 años, denominada MSA. El resultado de estas pruebas, que tienen lugar en el décimo curso, determinan el acceso a la preparación del Abitur, el examen de selectividad que harán dos cursos más adelante y que a su vez determina el acceso a la Universidad, informa Rosalía Sánchez.

En Bélgica hay controles en todas las etapas de transición en la enseñanza obligatoria, es decir, entre primaria y secundaria, entre secundaria y bachillerato y el final del ciclo. El primero depende de una evaluación de los profesores. El paso de segundaria a bachillerato se hace a través de un examen, al igual que en Holanda. La prueba del «bac» abre las puertas de la universidad. No hay examen de selectividad. En las universidades públicas solo se puede repetir tres veces, informa Enrique Serbeto.

Al final de cada etapa, repartidas por bloques de años según el esquema 6+3+3, se somete a los estudiantes a evaluaciones estandarizadas, cuyos resultados son vinculantes para acceder al nivel superior. Según el informe PISA, estas evaluaciones «han enviado una clara señal a los estudiantes de que su éxito depende directamente de sus resultados evaluados externamente y ha hecho posible valorar a los profesores y las escuelas en una escala comparable en todo el país». En Matemáticas, Polonia ha pasado de 490 puntos en 2003 a los 518, colocándose en el puesto 14º entre los 65 países incluidos en el informe, informa Rosalía Sánchez.

Tanto Finlandia como Dinamarca, cuyos resultados en las pruebas PISA son mejores que en los otros países escandinavos, tienen reválidas al final del bachillerato. Se trata de un requisito para poder obtener el título y acceder a la universidad. No sucede así en Noruega y Suecia, donde el título de bachillerato es suficiente para realizar estudios superiores.

Finlandia ocupó el puesto número 12 en las últimas pruebas PISA, aunque ha bajado bastantes posiciones desde 2009. El gasto del estado en educación es de más de un 7 por ciento del PIB. No hay revalida al acabar la educación secundaria, aunque sí existe un examen, ylioppilastutkinto, al acabar el bachillerato para conseguir el título y entrar en la universidad.

Dinamarca (puesto 22 últimas pruebas PISA) invierte un 8,5 por ciento del PIB en educación, uno de los porcentajes más elevados del mundo. Los alumnos de secundaria pasan una revalida obligatoria un año antes de que termine este ciclo de estudios, aunque es meramente orientativa para saber si tienen una base académica suficiente, por lo que no hay aprobado o suspenso. Al acabar el bachillerato realizan el Studentereksamen, una revalida que les permite acceder a la universidad y obtener el certificado de bachillerato.

Noruega (puesto 30 en PISA). Dedica un 7,4 por ciento del PIB a educación. No hay exámenes de reválida ni en secundaria ni en bachillerato y basta con tener el certificado para acceder a la universidad, aunque algunas universidades realizan exámenes de entrada.

Suecia (puesto 38 PISA). A pesar de que el estado dedica más de un 7 por ciento del PIB a educación los resultados PISA son desalentadores. Para algunos analistas el principal problema es la descentralización, ya que son los municipios los que deciden las principales materias educativas. No hay revalida al acabar la escuela secundaria aunque los alumnos tienen que aprobar inglés, sueco y matemáticas para acceder al bachillerato. No hay examen de reválida al final del bachillerato y son las universidades las que determinan las condiciones de acceso, informa Carmen Calvo.