Alertan de 36 posibles infectados más con el virus de ébola en Uganda
El presidente del país recomienda evitar el contacto físico, las relaciones promiscuas y los entierros no profesionales
EDUARDO S. MOLANO
Cinco años después, la crisis se repite. La Organización Mundial de la Salud ha alertado de la existencia de al menos 36 nuevos posibles infectados por el virus del ébola en la región de Kibale, al oeste de Uganda, donde ya han fallecido catorce personas ... tras declararse un brote el pasado 28 de julio.
De igual manera, las autoridades del país africano estudian otros dos fallecimientos; incluido el de un niño de cinco años, por si se trataran de nuevos casos.
Situado en la frontera con la República Democrática del Congo, el distrito de Kibale se encuentra a tan solo unos kilómetros de distancia de la localidad de Bundibugyo, sede de una de los últimas epidemias de ébola conocidas por el hombre. Un virus contra el que no existe ninguna vacuna y que puede alcanzar una mortalidad de hasta el 90 por ciento.
«A finales de septiembre de 2007, y sin previo aviso, decenas de personas comenzaron a enfermar. Unos hablan de un chamán infectado proveniente del Congo, mientras que otros lo hacen de un vecino local que cogió el virus al ingerir carne de mono», asegura a ABC David K. Ssessanga, doctor en esta localidad y quien también se vio afectado por el virus.
El caso no fue menor. Durante los cerca de seis meses que duró la epidemia, al menos ciento cincuenta personas inocularon esta terrible enfermedad, mientras que cerca de una cuarentena fallecieron.
«Solo unos días después de iniciarse el primer caso, comencé a desarrollar los síntomas: fiebre, dolor abdominal, migrañas. Así que tomé la decisión de encerrarme en casa y avisar al equipo médico desplazado desde la capital del país, Kampala. Un mes después, me recuperé», reconoce Ssessanga.
No en vano, ante la gravedad del asunto y para evitar nuevos contagios, el presidente del país africano, Yoweri Museveni, advirtió a su población de que, en los próximos días, eviten los apretones de manos, el sexo esporádico y los entierros no profesionales ante la amenaza de que el virus se extienda hacia el este de la región.
El personal en hopiatles d Kibale vivió escenas de pánico por temos de contagio
Las autoridades temen que pueda producirse una infección masiva como la del año 2000, cuando se detectaron 425 casos de los cuales más de la mitad perdieron la vida . Una portavoz del Ministerio de Salud ugandés, Christine Ondoa, ha explicado en rueda de prensa que numerosas personas habían acudido al médico en Kampala por el temor de que el ébola estuviese causado por «espíritus malignos» .
En el hospital Kagadi de Kibaale, donde están siendo tratados algunos de los casos ya confirmados, también se han producido escenas de pánico, con médicos y enfermeras huyendo del complejo para evitar un posible contagio, según un reportero de una emisora local (KKCR), Tumusiime Camilo, informa Ep.
El personal del hospital volvió al centro después de que las autoridades se comprometiesen a brindarles protección. Como medida de precaución, las autoridades locales también han ordenado el cierre de las escuelas de primaria y secundaria de la zona y ha prohibido las reuniones públicas. Según Dan Kyamanywa, miembro de los servicios de salud de Kibaale, unas 80.000 personas se encuentran en riesgo de contagio .
Los síntomas de la enfermedad incluyen fiebre repentina, debilidad intensa, dolor muscular y de cabeza e irritación de garganta, seguidos de vómito, diarrea, sarpullidos, fallos renales y hepáticos y hemorragias, tanto internas como externas. Aunque el índice de mortalidad del ébola depende de la cepa, en las más graves la probabilidad de fallecimiento es de hasta el 90 por ciento.
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