Doñana, en peligro

La diferencia está en que Doñana podría estar a punto de entrar en la lista «negra» de la Unesco , la de Patrimonio Mundial en peligro, si España no toma medidas urgentes frente a las amenazas a las que se enfrenta el humedal más importante de Europa. «Doñana se encuentra en una verdadera encrucijada», explica Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, organización cuya historia está íntimamente ligada a Doñana desde que en los años 50 un grupo de pioneros liderado por el biólogo español José Antonio Valverde y Luc Hoffmann, uno de los fundadores de WWF, salvó a las marismas de ser desecadas para destinar las tierras a cultivos y eucaliptales, recuerda Del Olmo.

Hoy, más de 60 años después, algunos de los problemas que asedian Doñana son los mismos, como la mala gestión de los recursos hídricos y el afán de poner tierras en regadío , y otros son nuevos, como el proyecto para dragar el Guadalquivir, el de almacenar gas en el subsuelo de Doñana o la reapertura de las minas de Aznalcóllar, la misma explotación minera que provocó uno de los peores desastres ambientales en nuestro país, solo superado por el hundimiento del Prestige.

El Gobierno tiene de plazo hasta el 1 de diciembre para explicar a la Unesco qué medidas ha tomado para evitar que Doñana sea declarada «en peligro» . En su última decisión sobre Doñana, la Unesco exigió al Gobierno español frenar la sobreexplotación del acuífero que alimenta Doñana y el compromiso de cancelar de forma permanente el dragado del río Guadalquivir . En este momento, ninguna de estas dos premisas se cumple, según WWF.

Eva Hernández, responsable de la campaña de Doñana de WWF, explica que en la actualidad hay 1.000 pozos ilegales -reconocidos por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), 2.000 según un informe de los propios regantes de la zona- y 3.000 hectáreas de cultivo ilegales. La CHG ha cerrado 136 y la Junta de Andalucía otros 10, según los datos que maneja la organización conservacionista, pero «no es suficiente». «Habría que cerrar los 1.000 pozos -dice Hernández- y para que el Gobierno central pueda imponer las restricciones que considere debería declarar al acuífero de Doñana como masa de agua en riesgo ».

El proyecto de dragado del Guadalquivir, por su parte, sigue sobre la mesa, pese a la sentencia en contra del Tribuna Supremo, y la Autoridad Portuaria quiere empezar a dragar en 2018. «Esto supondría un golpe mortal para el estuario y para el humedal -afirma Del Olmo- con grandes repercusiones económicas, tanto por su afección a la pesca en uno de los estuarios más ricos de Europa como por su afección al turismo por el cambio en la dinámica de las corrientes que podrían llevarse la arena de las visitadas y afamadas playas de la zona».

Ante la creciente presión, WWF ha incluido a Doñana en su campaña «Juntos, salvemos nuestro patrimonio común», como uno de los espacios emblemáticos más amenazados a nivel global, junto al Arrecife de Belice y la Reserva de Selous, en Tanzania. Se trata de una campaña internacional, que se verá alrededor de todo el mundo , porque Doñana es Patrimonio de la Humanidad.

WWF pide que se cierren los más de 1.000 pozos y 3.000 hectáreas de fincas ilegales que cercan y secan Doñana, que se cancele de forma definitiva el dragado del Guadalquivir, y que se paralicen los proyectos gasísticos y mineros en el entorno del espacio protegido. WWF pide a los ciudadanos que se sumen a esta petición, desde la página web wwf.es/sosdonana enviando un mensaje al Presidente en funciones Mariano Rajoy . «Todas las Administraciones han mirado para otro lado, empezando por los ayuntamientos», dice Eva Hernández. Ahora deben actuar.