¿Por qué desciende tan rápido la incidencia?

Sin embargo, para considerar una rebaja del nivel de peligro , aún queda otro parámetro por alcanzar: que la ocupación de camas en las UCI por casos de coronavirus sea inferior al 25 %. Ayer, aunque bajó respecto a la jornada anterior, esta se mantenía por encima del 31,54 %. Las medidas que aconseja el nivel 3 contemplan, entre otras, reuniones limitadas a seis personas, velatorios con 15, cierre del interior de la restauración, terrazas al 50 % y comercios con aforo del 25 %.

El departamento dirigido por Carolina Darias situó ayer la incidencia en 235, y ya son 11 las comunidades en las que esta tasa es incluso inferior. La bajada de la curva de esta tercera ola se debe a múltiples factores según los expertos , que insisten, sin embargo, en la necesidad de continuar manteniendo las normas que más efectivas han resultado hasta el momento (lavado de manos, uso de mascarilla, distancia de seguridad, ventilación…). Abogan por poner en perspectiva el proceso de vacunación, aún limitado a un pequeño segmento de la población, pero que será el que permitirá relajar las medidas en los próximos meses.

El descenso del número de contagiados se debe, en palabras del catedrático de Inmunología de la Universidad de Jaén José Juan Gaforio , «al curso normal con el que el virus va produciendo las infecciones», pero no solamente a eso. «También hay un mayor número de personas que han sido ya infectada s, y eso hace que haya un colchón de inmunes. Si a eso le añadimos que se ha empezado con la vacunación, junto a las medidas de protección, todo va sumando », explica el doctor. Para atajar cuanto antes la pandemia, destaca que habría que hacer «todo lo posible» para acelerar la vacunación de la población mientras se siguen manteniendo las medidas de protección.

Pero hasta que llegue la deseada inmunidad de grupo y se controle el número de contagios, Gaforio apuesta por buscar un equilibrio dinámico, aunque sea difícil de mantener. «Depende de qué restricciones, habría que relajarlas o no. Esta bajada no se sabe si es temporal o definitiva, pero tenemos que estar en sobreaviso y tomar medidas basadas en la ciencia», añade.

La situación actual en este mes de febrero recuerda a Estanislao Nistal , virólogo y profesor en la Universidad CEU San Pablo, a lo que sucedió en el mes de diciembre . «Entonces hubo un pequeño efecto tras el puente de la Constitución y comenzó a ser preocupante aunque visto en perspectiva podamos deducir que no fue nada. Ahora la situación va a ser parecida en la medida en que volvamos a viajar de nuevo y a asistir a una relajación de medidas», expone Nistal. Entre las causas que destaca este experto que han permitido controlar la situación epidemiológica se encuentran los cribados masivo s, que han ayudado a encarar mejor la crisis sanitaria de estos dos meses.

Al igual que Gaforio, Nistal destaca el ejemplo de Israel, donde se ha visto que una vacunación del 40 % ya está impactando en la expansión del virus por el país hebreo. «Quizá no sea necesario llegar al 70 % establecido, sino que baste con vacunar al 95 % de las personas de riesgo muy alto , lo que permitirá reducir el 80 % de las muertes», que es, según el virólogo, el dato que más debería preocupar a los expertos y a la población. «No importa si hay una cuarta ola o una quinta ola si es de personas que no mueren. El gran dilema mientras tengamos las vacunas suficientes será cómo mantener la situación», incide.

El doctor Gabriel Reina, microbiólogo que trabaja en la Clínica Universidad de Navarra, cuenta que desde el laboratorio detectaron en enero un «incremento abrupto del número de positivos mucho más rápido de lo que pensábamos», ya que en la primera semana de observaron cómo el porcentaje de positividad y la incidencia acumulada aumentaron de manera muy preocupante. En este sentido, Reina prefiere hablar de una «segunda ola y media, porque la segunda nunca llegó a resolverse, como sí ocurrió con la primera», asegura. «La situación en diciembre era muy distinta a la de junio, sin un control de la situación, sin una incidencia baja y sin las condiciones climáticas que invitaran a reunirse al aire libre», expone.

Lo que sí ha cambiado respecto al primer embate del virus en España es la capacidad diagnóstica de laboratorios y hospitales. «En marzo identificábamos un 5 % de los casos reales, y ahora este porcentaje se sitúa en torno al 80 %, y eso al final nos puede dar una cifra de incidencia mucho más representativa », argumenta para explicar las grandes diferencias entre la primera ola y el resto. Este experto también espera que la vacuna sirva para reducir el número de fallecidos por Covid-19, y aunque sus consecuencias aún no se aprecien, «si se produjera una nueva ola antes del verano sí que podría tener efecto sobre la mortalidad ».

Algo en lo que insisten los expertos es en la necesidad de relajar las medidas a su debido tiempo. Casi todos descartan que pueda ser antes del verano, aunque sí es posible que ocurra a lo largo de 2021, sobre todo gracias a una estrategia de vacunación masiva capaz de interrumpir la transmisión.