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Con el demonio no se juega

Incluso en la Iglesia el discurso sobre los enemigos del alma cotiza desde hace mucho a la baja

Representaciíon del Infierno, con el diablo en el centro, en la iglesia de Santa Fe de Conques (Aveyron, Francia)
José Francisco Serrano Oceja

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Me ocurre con esta columna lo mismo que a san Juan Crisóstomo (s. IV). En una de sus más famosas obras escribió que «no es para mí ningún placer hablaros del demonio, pero la doctrina que este tema me sugiere será para vosotros muy útil» ( ... MG 49,258). El caso del que fuera obispo de Solsona, Xavier Novell, ha vuelto a traer al protagonismo público y mediático al príncipe de las tinieblas . No olvidemos que fue Juan Pablo II quien insistió en que es preciso «aclarar la recta fe de la Iglesia frente a aquellos que la alteran exagerando la importancia del diablo o de quienes niegan o minimizan su poder maligno» (13-VIII-1986).

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