La Cumbre del Clima acuerda acelerar los recortes de emisiones para limitar el calentamiento global

Visiblemente emocionado, el presidente de la cumbre, Alok Sharma, se disculpó por los cambios en la misma sesión en la que se votaba el texto final. « Entiendo el desacuerdo de las partes pero he querido proteger este paquete de Glasgow», se disculpó. Las presiones de países como Arabia Saudí e India diluyeron la primera alusión en veinte años en un texto climático salido de estas cumbres a acabar con el carbón y los subsidios a los combustibles fósiles. Se queda en una petición a reducir su uso, algo que no gustó a los países más vulnerables al cambio climático o a los países más activos en este campo, como la Unión Europea, que reiteraron sus quejas, al entender que aquí está la clave para frenar el aumento de las temepraturas, pero acabaron refrendando el texto.

Lo que sí se ha acordado es la petición de que en un año, los grandes países deberán tener nuevos planes para 2030 de recortes de emisiones , revisados y reforzados, para contener el calentamiento global del planeta en umbrales de entre 1,5ºC y 2º, que serán revisados por la ONU.

El planeta ya se encuentra hoy a 1,1º, va camino de llegar a los 2,7 a finales de este siglo y los impactos en forma de inundaciones, sequías o lluvias torrenciales se están multiplicando. Por eso se refuerza el objetivo inferior de la horquilla y, para lograrlo, reconoce el acuerdo, las emisiones globales deben caer un 45% para 2030 . Según los científicos, la oportunidad para mantener el mundo en este umbral se cierra en ocho años. «Esto va a generar un esfuerzo adicional en los próximos años y por el que tendremos que ir respondiendo año a año», reconoció la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Además, tras años de discusión, se cerraron las reglas para la puesta en marcha de los mercados internacionales de carbono , que permitirán a los países más contaminantes comprar «créditos» de otros que los reduzcan o que cuenten con sumideros de carbono, como son los bosques. Sin embargo, se abre la puerta a introducir unidades de mercado del Protocolo de Kioto en el sistema de París, lo cual tiene un potencial efecto negativo en la ambición, algo por lo que la Unión Europea había luchado en contra y que, según ha acordado, no usará, a la espera que otros países hagan lo mismo.

Los países en desarrollo salen, además, decepcionados. En la recta final las palabras «daños y pérdidas» se convirtieron en una pesadilla y amenazaron con romper el consenso. Los países en desarrollo y China pedían a la UE, Estados Unidos y Reino Unido que se comprometieran a crear un fondo para compensar económicamente los impactos que ya está teniendo el cambio climático en sus economías por el efecto de unas emisiones de CO2 que ellos no han generado. Al otro lado, especialmente Estados Unidos, se han resistido. Sentar este precedente podría exponerles a un compromiso financiero interminable. El texto, finalmente, emplaza a tratarlo en la cumbre del año que viene. «Esto es un recorrido que empezamos ahora. Debe fortalecerse, debemos encontrar los mecanismos más efectivos para responder a estos desafíos y requiere un desarrollo técnico que no estaba suficientemente maduro», aseguró Ribera.

Sí se ha avanzado en la financiación general y la dedicada a la adaptación . En el Acuerdo de París (2015), los países se comprometieron a aportar 100.000 millones de dólares anuales para los países en desarrollo a partir de 2020, pero pasado el plazo, esa cifra no ha sido completada, algo que ha enrarecido las conversaciones de este año y ha hecho planear la desconfianza en las negociaciones. Aunque los receptores exigían un plazo menor, al final cedieron con verlo completado, a más tardar, en 2025.

Además se duplicará el dinero que se destina a evitar los envites del cambio climático y que ahora apenas supone un cuarto de los fondos dirigidos al clima.

Aunque en general los asistentes reconocen un avance en la lucha contra el cambio climático como resultado de esta cumbre, nadie está contento del todo. «El resultado de la COP26 es un compromiso que refleja los intereses, las contradicciones y el estado de la voluntad política en el mundo actual», dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien añadió que se trata de «un paso importante, pero no suficiente», y aseguró que es necesario acabar con los subsidios a los combustibles fósiles y eliminar el carbón.

Para la que fuera la arquitecta del Acuerdo de París, Laurence Tubiana,se han visto avances. «A pesar de la crisis del Covid-19, hemos acelerado la acción, la COP ha respondido al llamamiento del IPCC para cerrar la brecha hacia el 1,5, y el carbón está en el texto. Pero aún queda mucho por hacer ».

Además, esta cumbre se ha caracterizado por la suma de diversos acuerdos paralelos y voluntarios a los que se han ido sumando los países. Es el caso del plan para luchar contra la deforestación, para reducir el metano un 30% en 2030 o para acabar con los combustibles fósiles o con los coches de combustión. No obstante, según el análisis de Climate Action Tracker, de aplicarse, solo reducirían la brecha de emisiones un 9% para lograr limitar el planeta a 1,5º.