Un sello de compromiso para los políticos

«Queremos que se comprometan para poder acabar con estas pandemias en 2030, y para ello España debe volver a aportar dinero al Fondo Global de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria», explica Vanessa López, directora de Salud por Derecho. Este fondo, según dice, «es un actor fundamental en la respuesta mundial contra estas enfermedades».

Según datos de ONUSIDA y otras agencias de la ONU, en 2030 esas pandemias pueden dejar de ser el problema de salud púbica. Para conseguirlo, han trazado una hoja de ruta con los costes y los pasos específicos que dar: « No estamos ante un objetivo utópico , es una realidad que muchos llegaremos a ver si conseguimos convencer a los gobiernos de la importancia de abordar con determinación este problema de salud global y de que no podemos dejar de asumir nuestra responsabilidad».

Por ello, reclaman que se inviertan recursos y se diseñen proyectos a largo plazo para financiar programas de prevención y tratamiento, que mejoren los sistemas nacionales de salud y que aborden la causas que están en la base de la propagación de estas enfermedades: « Hay que pasar de las palabras a los hechos porque el coste de la inacción sería terrible para millones de seres humanos en todo el mundo», apunta Vanessa López.

Sin embargo, España, que estaba en quinta posición en la cantidad de aportaciones económicas al Fondo Global, desde 2011 ha reducido su ayuda a cero: « El Fondo Global es un actor clave en la lucha contra estas tres pandemias. Por poner un ejemplo y solo en lo referente al sida: de las 15 millones de personas que hay ahora en todo el mundo bajo tratamiento para el VIH, más de la mitad, 8 millones, lo hacen a través del Fondo Global».

En opinión de la directora de «Salud por Derecho», ni siquiera la crisis económica justifica este cambio de política : «Nuestras responsabilidades internacionales y con la salud global no son algo que podamos tomar o dejar en función de las circunstancias. Además, en nuestra opinión todos los países de altos ingresos deberían contribuir a financiar la lucha contra el sida en función de su economía, en base a su PIB. Por tanto, si nuestra economía va bien aportaremos más y si va peor aportaremos menos».

La organización también ha elaborado un vídeo donde se explica la campaña y el objetivo final de la acción: estampar en el programa electoral de los partidos que hayan adquirido el compromiso el sello de COMPROMETIDOS.