Las claves tras la declaración de Juana Rivas

Sin embargo, a pesar de esta decisión y de que Juana y sus dos hijos siguen juntos, su situación judicial poco ha cambiado . Estas son las claves tras su declaración:

¿Por qué ha quedado Juana Rivas en libertad?

El juez que le tomó declaración consideró excesiva la petición de cárcel preventiva de la Fiscalía y decidió dejarla en libertad provisional por entender que no existe riesgo de fuga y no tener antecedentes penales.

¿Por qué Juana Rivas decidió declarar ayer y no se entregó antes?

Según apuntaron fuentes reservadas a este periódico, el hecho de que la juez instructora esté de vacaciones permitió que fuera el Juzgado de Instrucción 9 de Granada —y no el 2— el que tomara declaración a la madre por ser el que estaba de guardia.

¿Qué ha cambiado?

Salvo la orden de arresto que pesaba sobre Rivas, que ya ha sido cumplida, puesto que tenía por objetivo que la madre prestara declaración, su situación judicial ha cambiado poco. Sigue estando investigada por los presuntos delitos de desobediencia a la autoridad y retención de menores. En cuanto a los niños, se mantiene la sentencia por la que debe entregarlos al padre.

¿Qué viene después?

El Juzgado de Instrucción 9 remitirá al número 2 la declaración de Juana, y será el segundo el que acuerde, o no, la adopción de medidas. La jueza competente volverá mañana de vacaciones y será entonces cuando pueda pronunciarse al respecto. El deseo de la juez, según pudo saber ABC, era que Rivas permaneciera detenida 72 horas hasta su vuelta.

¿Los menores seguirán viviendo con la madre?

Esa es la pretensión de la madre, pero la realidad es que se mantiene la orden de entrega de los niños al padre. La decisión que ayer adoptó el juez no influye en absoluto —desde luego, no existe referencia alguna en ese sentido en su auto— en la devolución de los menores a la isla italiana donde reside el padre.

¿Sus hijos están en peligro?

La defensa de Juana Rivas se aferra a la «evidencia científic0a» para evitar el retorno de los niños con su padre. El mero hecho de haber sido testigos de episodios violentos ya les convierte en víctimas, como reconoce desde 2011 el Convenio de Estambul.