Por primera vez desde el estallido de la epidemia en la ciudad de Wuhan en enero, China ya no informa de ningún caso nuevo de coronavirus en su territorio. Los 34 diagnosticados el miércoles fueron todos importados de otros países. Las autoridades los detectaron en ... los controles en los aeropuertos o en las cuarentenas de dos semanas que imponen a los viajeros que llegan del extranjero. Aunque sí sigue habiendo todavía fallecidos en la provincia de Hubei , que sigue en cuarentena, su número también se ha reducido y fueron solo ocho ese día, último del recuento oficial. En total, el coronavirus ha dejado en China 3.245 fallecidos y 80.928 contagiados, de los que ya se han recuperado 70.420. Así lo reflejan las cifras oficiales, que muchos cuestionan porque el autoritario régimen del Partido Comunista intentó ocultar al principio la epidemia silenciando a los médicos que alertaban de ella, como el difunto doctor Li Wenliang.
Con independencia de los datos, la tendencia es evidente y las ciudades chinas van recobrando la normalidad, todavía de forma progresiva y con muchos controles para evitar rebrotes. Como se aprecia en las calles de Shanghái, cada vez hay más tráfico y comercios abiertos , pero las clases siguen suspendidas, los cines y teatros continúan cerrados y la gente todavía tiene miedo a meterse en lugares que no estén al aire libre.
Mientras vuelven a recuperar sus vidas, los chinos ven sorprendidos el avance de la pandemia por el resto del mundo y, sobre todo, en Europa, donde está haciendo estragos en Italia, España, Francia y Alemania. Tras la catástrofe en Wuhan y el resto de la provincia de Hubei, que es comparable a cualquier país grande de Europa porque tiene casi 60 millones de habitantes , no entienden la inacción de las autoridades ni la falta de conciencia de la sociedad en general, que seguía asistiendo a eventos multitudinarios durante las últimas semanas pensando que el coronavirus era una simple gripe.
Ahora, casi todos los países están imitando las cuarentenas masivas y restricciones de movimientos ordenadas por Pekín. «Los puntos clave son la prevención temprana, la detección temprana, el diagnóstico temprano y la cuarentena temprana», recomendó el responsable de la lucha contra la epidemia en China, el doctor Zhong Nanshan, según informa el periódico «South China Morning Post». Ahora que el epicentro de la pandemia se ha trasladado a Europa, sugirió que «muchos países deberían tomar medidas basadas en los mecanismos de intervención inventados por China». Con estas iniciativas fuertes, los «gobiernos tendrían que hacer pruebas y poner en cuarentena a las familias y estrechos contactos de las personas infectadas, no esperar a que aparezcan los síntomas». Pero también advirtió del elevado coste social, porque «China ha pagado un alto precio en la economía para salvar la salud de la gente. Ahora, la siguiente tarea es reanudar la producción».
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