Interpretando Ómicron

Hasta 37 cambios (mutaciones) en la proteína S del letal coronavirus dan claves para interpretar lo que ocurre y analizar lo que puede suceder. Ómicron se propaga con fruición, es mucho más transmisible porque se fija mejor a las células bronquiales .

Impresiona su capacidad de escapar a los anticuerpos, tanto los que tenemos por haber sido infectados como lo que nos produce la vacunación y la revacunación. Incluso los anticuerpos monoclonales obtenidos para tratamientos han perdido la eficacia en casi todos los casos. ¿Queda algo a lo que recurrir? Desde luego, algunos (super)anticuerpos, de los que nos hemos ocupado en esta columna, retienen actividad frente a ómicron porque se dirigen a otras zonas de S. Pendiente de mapear está lo que provoca la inmunidad celular, pero parece que esta faceta de la respuesta inmunitaria puede funcionar mejor frente a ómicron. Una esperanza.

En esta situación importa anticipar -en lo posible- cuál puede ser el paso siguiente en la evolución. Ómicron parece mucho más benigno, lo que no justifica la propuesta de que se infecte todo el mundo, en contagio masivo siempre hay una proporción de casos graves. Tampoco está clara la utilidad de la tercera dosis de vacuna, salvo en casos de inmunidad debilitada. La razón es que las vacunas siguen basadas en el virus original no en las variantes. Se propone que con Ómicron podemos estar pasando de pandemia a endemia . No sabemos, pero evitar que surja una variante panrresistente a toda la inmunidad actual debe ser prioritario. Importa mucho que la autoridades sanitarias con el asesoramiento experto acierten. Actualizar las vacunas -como desde aquí hemos pedido- debe ser su demanda a la empresas productoras.