Yanukóvich: «Después de Chernóbil ya nadie puede tener garantías de seguridad en el mañana»
El presidente ucraniano y su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, proponen una nueva normativa internacional para las plantas atómicas con estrictos requisitos para zonas de gran actividad sísmica o amenazadas de cataclismos naturales
rafael m. mañueco
Desde la “zona de exclusión” de Chernóbil, epicentro del mayor desastre nuclear en tiempos de paz jamás conocido antes por el ser humano, los presidentes de Rusia y Ucrania, Dmitri Medvédev y Víctor Yanukóvich, hicieron hoy un llamamiento a la comunidad internacional para que recapacite ... sobre el hecho de que va a resultar imposible prescindir de la energía atómica, pero pidiendo un mayor compromiso de todos los países para hacerla más segura y fiable.
“Por el momento, nadie ha propuesto otras fuentes de energía capaces de reemplazar a la nuclear”, manifestó Medvédev, cuyo país desarrolla actualmente un ambicioso plan de construcción de centrales atómicas. No obstante, el primer mandatario ruso admitió que “las tragedias de los últimos años y el accidente de Fukushima han demostrado que estamos obligados a hacer esfuerzos adicionales para que la energía nuclear sea auténticamente pacífica” . “Lo importante es que entendamos con qué fuerzas nos medimos la humanidad a fin de que nuestras decisiones en el ámbito tecnológico respondan a los desafíos que nos lanza el átomo”, añadió.
En este sentido, Medvédev anunció haber enviado a los principales líderes mundiales “una serie de propuestas para garantizar la necesaria utilización de la energía nuclear en el planeta evitando al mismo tiempo consecuencias catastróficas”. Sus palabras retumbaron a escasos metros del reactor número 4 de Chernóbil, el causante del escape radiactivo de hace 25 años.
Por su parte, Yanukóvich manifestó que “antes del 26 de abril de 1986 el mundo tenía una ilusión de seguridad”. Después de aquella fecha, prosiguió, “ya nadie siente tener garantías de seguridad en el mañana y los acontecimientos en Fukushima confirman esta amarga realidad”. Según sus palabras, “ante cataclismos como el de Chernóbil o Fukushima ningún país puede actuar en solitario, ni siquiera los más poderosos”.
Más ayuda internacional
En un comunicado aparte, difundido horas antes, el presidente ucraniano sugería que su país necesitará más ayuda internacional para paliar totalmente los efectos de Chernóbil. De los 740 millones de euros solicitados para construir un nuevo sarcófago sobre el reactor accidentado, la conferencia de donantes reunida en Kiev el pasado 19 abril recaudó sólo 550 millones . En su misiva, Yanukóvich rendía también homenaje a todos aquellos que perdieron su vida o su salud como consecuencia de lo sucedido en Chernóbil hace un cuarto de siglo y lamentaba que los afectados no reciban las ayudas suficientes.
Los dos jefes de Estado, que llegaron al lugar contemplando desde un helicóptero el área contaminada y la propia central nuclear, participaron esta mañana en una misa en la única iglesia antigua existente en la “zona de exclusión”. Fue oficiada por Kiril, el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, quien señaló en su homilía que “el mundo no ha conocido en tiempos de paz una catástrofe comparable a la de Chernóbil”.
En recuerdo de los «liquidadores»
Después protagonizaron una ofrenda floral ante el monumento a los primeros 31 bomberos que cayeron muertos por la radiación en los días siguientes al accidente y terminaron colocando la primera piedra a un memorial que será levantado en recuerdo de los “liquidadores”, aquellos héroes que pusieron sus vidas en peligro trabajando en la labores para taponar la fuga radiactiva .
El departamento de prensa del Kremlin acaba de hacer pública una nota con el contenido de las propuestas que Rusia piensa hacer durante la cumbre del G8 de los próximos días 26 y 27 de mayo en Deauville (Francia).
La iniciativa pretende complementar las actuales convenciones de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) con seis nuevos puntos : aumento de la responsabilidad de los dirigentes de los países que hayan sufrido una catástrofe nuclear en la adopción de medidas rápidas y efectivas, crear un reglamento de coordinación internacional, exigir a los estados con centrales nucleares unos estándares mínimos de seguridad , supeditación absoluta a la AIEA en cualquier recomendación a la hora de construir plantas atómicas, medidas especiales en las zonas sísmicas y transparencia total a la hora de informar sin la menor dilación de un siniestro a la AIEA y a los países que puedan resultar afectados.
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