Hazte premium Hazte premium

Méndez de Vigo: «Las ayudas para libros de texto beneficiarán a 240.000 familias»

El ministro defiende una «línea social» en la política educativa, pero sin «alegrías» en el gasto

Méndez de Vigo: «Las ayudas para libros de texto beneficiarán a 240.000 familias» ángel de antonio

m. trillo/j. g. calero

El nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte llega al cargo tras la salida de José Ignacio Wert, en un momento complejo, a cinco meses de unas elecciones decisivas, con las trabas en doce comunidades autónomas para aplicar la ley estrella de su antecesor, la Lomce, y con un sector cultural arruinado por la piratería y los recortes, muy crítico y reivindicativo. Íñigo Méndez de Vigo (Tetuán, 1956), hombre de vasta experiencia política en la UE, sabe marcar objetivos y sumar consensos, a la europea. Su talante es distinto al de Wert. No lo tendrá fácil por el clima electoral, pero llama la atención que habla de sus proyectos como si no existiera ese límite que imponen las urnas. Proyectos que lanza a un año o a la próxima legislatura. «No vengo a cumplir el expediente cinco meses ni voy a dejar de emprender cosas que considero necesarias solo porque no hay tiempo para que las acabe yo. Aunque las acabara otro, me daré por satisfecho», concede.

Después de que el «poli malo» irritara a parte de la comunidad educativa, ¿el «poli bueno» calma las aguas?

—Aquí no hay «polis buenos» ni «polis malos». Lo que quiere un ministro de educación es preparar a los alumnos para ser mejores ciudadanos. ¿Y cómo? Teniendo principios, valores, estando mejor preparados para un mundo mucho más complejo y competitivo. Y la función del docente es capital. Me propongo hablar para lanzar un libro blanco sobre el estatuto del docente.

¿Podrá hacerlo en este tiempo?

—¿Por qué «en este tiempo»? A mí no me preocupa quién finaliza la tarea, sino convencer de que una idea merece la pena. Si otro remata y mete gol, también me siento satisfecho. Lo importante es cambiar el chip de la sociedad para potenciar la figura del docente. Si estamos de acuerdo los grandes partidos, los sindicatos y la comunidad educativa, trabajemos en ello . Pongamos el tren sobre el raíl y ya veremos cuándo llega a su estación. No creo que el sistema se cambie con dinero, sino con el compromiso de los docentes y un cambio de mentalidad en alumnos y padres.

Por ejemplo, me preocupa enormemente el acoso escolar. La sociedad muchas veces reacciona ante la tragedia, pero luego no hay continuidad.

Tras la muerte de un profesor por un alumno en Barcelona se creó un grupo de trabajo del que no se ha vuelto a saber. ¿Impulsará su labor?

—No quiero eso: poner en marcha grupos de trabajo sin resultados y, cuando haya otra desgracia, reaccionar. El Gobierno anterior creó un observatorio, pero me dicen que es demasiado grande y no es operativo. Debe ser un tema prioritario y perseguirlo hasta el final.

¿Va a convocar para ello a las comunidades?

—Voy a incluirlo en la próxima Conferencia Sectorial en agosto.

Dice que no es cuestión de dinero. ¿Cómo incentivará a los profesores?

El profesor tiene que ser una persona apreciada por lo que hace, hay que afirmar su autoridad y darle autonomía para desarrollar su trabajo. Nadie sabe mejor que un profesor qué tiene que hacer en las aulas.

A la vuelta de verano hay una nueva etapa en la aplicación de la Lomce y una serie de gobiernos autonómicos pretenden torpedearla. ¿Cómo logrará que se aplique?

—Docentes, padres y alumnos deben estar tranquilos y saber que se va a aplicar, porque es una exigencia democrática, es una ley en vigor y el calendario está dentro de la ley. Dicho esto, he venido a escuchar, buscar acuerdos, ver las dificultades de implantación... Es lo que estoy haciendo con los consejeros y, a la vista de esas conversaciones, en la Conferencia Sectorial haré una propuesta para aplicar la Lomce con el margen de maniobra que la propia ley concede. El Ministerio, y estoy seguro que las comunidades, hará cuanto esté en su mano por que la educación tenga cada vez mayor calidad. Voy a dejarme la piel en ello, para que no haya problemas y se renueven las clases con normalidad.

¿En qué consistirá esa propuesta?

—Estoy escuchando, y no como quien oye llover, sino para integrar las preocupaciones de aquellos que tienen que ejecutar la ley, las comunidades y los docentes. Quiero integrarlos. Decidiré a la vista de lo que escuche.

Pero, con las conversaciones que ha mantenido, ¿hay margen? ¿hay en este rechazo un poco de postureo?

—No quiero calificar la actitud. Todos tenemos un objetivo, mejorar la educación. Estoy convencido de que hay buena voluntad por ambas partes. Necesitas dos para bailar el tango y, desde luego, yo estoy dispuesto a bailarlo.

¿En qué aspecto ve margen? ¿por ejemplo, en las evaluaciones?

—Es un tema que me plantean algunas y veremos cómo lo hacemos.

Los obispos se quejan de que la asignatura de Religión no cumple los acuerdos con la Santa Sede, en concreto en lo que se refiere a la oferta obligatoria en Bachillerato. ¿Está dispuesto a atender sus sugerencias?

Yo creo que sí cumplen. Pero estoy habituado al proceso europeo, que es de agregación. Igual que con el resto de los implicados, hablo con ellos.

Ya hablado en su primera comparecencia en el Congreso de más dinero para becas. ¿Cuánto?

—Está extendida la idea de que este Gobierno ha suprimido las becas. Yo mantengo lo contrario: ha hecho la política de becas más importante de la historia: 1.413 millones de euros, que es muchísimo. Cuando me dicen que lo voy a reducir, respondo que no, lo voy a aumentar. Y en los próximos presupuestos restituiré una medida que desapareció por la necesidad de reducir gasto: la ayuda a los libros de texto para las personas con menos recursos. Quiero imprimir a la política educativa una línea social y la idea de la educación como el mejor instrumento para la igualdad de oportunidades.

¿Cuántas familias podrían verse beneficiadas con la medida?

—Yo espero que en torno a las 240.000.

En su comparecencia también insistió en promover el estudio de idiomas extranjeros. ¿Cómo lo hará?

—Lo primero, con la concienciación. La sociedad no se cambia por decreto, sino cuando está convencida de que es necesario. Es un déficit de base de la educación española y hay que concienciar de que hablar idiomas es muy importante no solo para lograr un empleo, sino para disfrutar de la vida.

Pero, ¿habrá una partida para ello?

—Habrá, pero eso es el final del establecimiento de prioridades.

¿Está el Gobierno tirando de la chequera para evitar una fuga de votos?

—Este gobierno nunca tira de chequera, porque es muy riguroso y sabe que tiene que cumplir los compromisos. Ha costado muchísimo salir de la situación catastrófica que dejó el gobierno anterior. Alegrías no hacemos ninguna. Es verdad que hay mayor margen que hace dos años, pero no dispongo de más dinero, sino que tengo que orientarlo en una u otra dirección.

La reforma universitaria es tal vez la asignatura pendiente de la legislatura. ¿Es partidario de medidas para atajar la endogamia o la politización o mejorar la financiación?

—Soy profesor universitario, mi vocación es universitaria y conozco las dificultades. El presidente de los rectores me ha planteado sus reivindicaciones, me parecen razonables y vamos a buscar la solución. Hay cosas que se pueden hacer con voluntad política.

¿Cómo cuáles?

—Por ejemplo, la tasa de reposición o los precios de las horquillas de los másteres. Soy un aliado de la universidad española y quiero que me vean así.

¿Cómo quedaría la tasa de reposición del personal?

—Ya subimos la tasa al 50% y yo me he comprometido a plantear ese tema con Administraciones Públicas.

¿Para subirla al cien por cien?

—Hasta donde podamos. Claro que queremos el cien por cien, pero tenemos que ver si es posible en las circunstancias actuales.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación