Entregados a los enfermos
En 1991, los Hermanos de San Juan de Dios crearon la fundación Juan Ciudad, una ONG para luchar contra la pobreza a través de la construcción de centros de atención sociosanitaria
Entregados a los enfermos
Pastor de ganado, soldado del emperador Carlos V en la defensa de Viena contra los otomanos, vendedor de libros en Granada y, finalmente, santo por renunciar a su vida en favor de marginados y enfermos después de escuchar predicar a San Juan de Ávila y ... ser encerrado en un manicomio, del que el propio santo le sacó. Así fue Juan Ciudad –o más correctamente, Joao Cidade, pues nació en Portugal–, inspirador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que Pío V reconocía en 1572.
Más de un millar de Hermanos, 45.000 colaboradores profesionales con vinculación laboral y 8.000 voluntarios se reparten por 51 países, salpicando cinco continentes con centros médicos que van desde el Hospital San Rafael de Madrid , uno de los más prestigiosos y cualificados de la capital, hasta el Hospital Católico San José de Monrovia, en el que se dejó la vida luchando contra el ébola el padre Miguel Pajares .
En 1991, los Hermanos de San Juan de Dios crearon la fundación Juan Ciudad, una ONG para luchar contra la pobreza a través de la construcción de centros de atención sociosanitaria en países empobrecidos. Desde entonces, conforme iban consiguiendo los medios, han ido levantando uno tras otro hospitales donde más se necesitaban. Cuando el año pasado Juan Ruiz Mancebo, gerente del centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de Dios de la Paz (Bolivia) , decía en una entrevista que «hacemos todo lo que podemos, entregando nuestra vida a estas personas enfermas», no podía reflejar con más fidelidad la realidad de los Hermanos.
Miguel Pajares murió esta semana a causa del virus hemorrágico que contrajo en Liberia atendiendo enfermos en su hospital de Monrovia, pero antes, en 1998, tres misioneros médicos de la Orden fueron secuestrados en Sierra Leona durante trece días por un grupo de guerrilleros. Y aun así, a los pocos meses de su liberación ya estaban de vuelta en el país.
Liberia, Sierra Leona, Senegal, Camerún, Mozambique, Filipinas, India, Bolivia, Ecuador o Perú son algunos de los países en los que la Orden tiene centros. A ellos envían anualmente 29 contenedores –cada uno con 14 toneladas– de ayuda humanitaria para atender a quienes carecen de lo más básico. Con las donaciones que reciben, atienden anualmente a más de 100.000 enfermos en Liberia, a 68.000 en Sierra Leona o a 24.000 en su Hogar Clínica de Lima, en Perú. Gracias a la generosidad de muchas personas e instituciones, han podido llevar también a cabo numerosas campañas, como la que en 2011 se hizo en el hospital del padre Pajares y en la que se operó a 80 niños liberianos aquejados de malformaciones congénitas y secuelas de traumatismos o quemaduras. «Entregando nuestra vida a estas personas enfermas».
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