brote de ébola
El funeral de Pajares se convierte en un homenaje a todos los misioneros
El arzobispo de Toledo pide «inversión» para afrontar el virus y dice que Pajares deja «alto» a España
j. g. stegmann
El Hospital San Rafael estaba abarrotado de periodistas. La misa funeral por el sacerdote español Miguel Pajares , fallecido ayer, reunió a sus seres queridos, incluidos los miembros de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios a la que pertenecía. Los asistentes se enjugaban las ... lágrimas una y otra vez. El nombre de Miguel resonaba y la emoción de los presentes hacía pensar que todos conocían muy de cerca a Pajares. Probablemente muchos lo sientieron así.
El homenaje era para Miguel pero también para todos los que con su labor, se han entregado a los demás sin reparos. «Son buenos cooperantes y han dejado alto a nuestra España», dijo durante la misa el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, aludiendo a Miguel y a todos los misioneros. «No es que son de otra pasta, es que los misioneros son auténticos», señaló Rodríguez Plaza.
Respecto a Pajares, recordó que «no iba reivindicando nada, su deseo era quedarse allí (en Liberia), pero el hermano general le dijo que viniera. Él no tuvo miedo, como tantos misioneros, porque aman», concluyó. En ese sentido criticó la actitud de los occidentales, que «tenemos miedo al amor y ante cualquier cosa que pase nos defendemos».
«Tenemos que ser valientes»
El arzobispo pidió a los medios y a las autoridades que no se olviden de los que sufren en África. «No basta que haya un boom y luego lo olviden todo, tenemos que ser valientes». Y también, pidió más inversión. «Lo que ha hecho el padre Miguel y sus compañeros y otros muchos cristianos y no cristianos, es algo que nos está diciendo que podemos cambiar, que las enfermedades pueden afrontarse, lo que hace falta es invertir, ver cómo se pueden afrontar, ver cómo es posible que en esta parte del mundo haya prácticamente de todo y allí no haya nada».
Miguel Ángel Varona, superior provincial de la Orden, le dedicó también unas palabras a Miguel. «Le decíamos "Papi" y a Juliana, "Mami". Hemos tenido el honor de tener entre nosotros a nuestro "Papi" y a nuestra "Mami" aquí», dijo emocionado.
La misa fue concelebrada por el superior general de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Jesús Etayo, así como por más de 20 sacerdotes, como el fundador de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel, y el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española , José María Gil Tamayo.
«Los protocolos se cumplen»
Entre las autoridades que se han acercado hasta la capilla del Hospital San Rafael, estaba la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad , Ana Mato, que al llegar se refirió al traslado a nuestro país del sacerdote. A su juicio, se «ha demostrado que el sistema de alertas funciona perfectamente y los protocolos se cumplen». Era la primera vez que la ministra comparecía ante los medios desde que llegaron las primeras noticias de que Miguel estaba aislado en el hospital San José de Monrovia.
«Los protocolos se están cumpliendo a rajatabla y la seguridad y la limpieza están garantizadas», agregó. Asimismo, aseguró que Sanidad ha estado «desde el primer día coordinada con la Organización Mundial de la Salud, con la Unión Europea y con las comunidades, como con los Ministerios de Defensa, Exteriores, Interior y Fomento». José María Viadero, director de la fundación Juan Ciudad le agradeció personalmente la gestión. La ministra también ha transmitido su «tristeza» por el fallecimiento del sacerdote.
A la Eucaristía asistieron más 250 personas, según indicó una portavoz de la Orden, entre las que se encontraban 40 familiares de Pajares. Entre las autoridades además de Ana Mato, también asistieron el alcalde en funciones de Madrid, Enrique Nuñez, el consejero de Sanidad, Javier Rodríguez; y la delegada de Familia y Servicios Sociales, Dolores Navarro.
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