El Ébola avanza «sin control» en África

Ahora, casi cuatro décadas después de su descubrimiento, una nueva epidemia se extiende de forma mortal en el oeste de África Occidental , para un mal, que hasta la fecha, no cuenta con vacuna. Y las víctimas crecen a su paso: desde que se identificara el primer caso el pasado 2 de diciembre en Guinea-Conakry, 729 personas han perdido la vida en el intrincado cruce de caminos de Sierra Leona, Guinea y Liberia. De igual modo, un viajero liberiano fallecía a las pocas horas de aterrizar en el aeropuerto de Lagos, en Nigeria, país sin frontera con el foco. Se trata del brote más grande y complejo de la historia del Ébola.

La directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, no dejó ayer un mensaje muy optimista. Tras participar en una reunión de máximo nivel con los Gobiernos afectados en Guinea Conakry, Chan reconoció que el virus se está moviendo «sin control», más rápido que los esfuerzos realizados para contenerlo. Y, por primera vez, dijo que los gobiernos de los países afectados por la epidemia podrían verse obligados a imponer restricciones a la circulación de personas. «Si la situación continúa deteriorándose las consecuencias pueden ser catastróficas en pérdidas de vidas humanas. No es de sentido común que las autoridades nacionales y la comunidad internacional permitan que el virus circule ampliamente por un largo periodo entre personas». Además Chan aseguró que existe un alto riesgo de que la infección se propague a otros países.

Estados Unidos y China también se han puesto en guardia para evitar la entrada del virus en su territorio. Las autoridades norteamericanas han recomendado a sus ciudadanos que no viajen a los países donde el Ébola circula y el gigante asiático ya ha tomado medidas de detección en sus aeropuertos. En Cantón, donde miles de personas llegan cada día procedentes de África, se han instalado termómetros para detectar a pasajeros con fiebre, uno de las señales de alarma de la enfermedad.

En Europa, Italia ha sido el primer país en aconsejar a sus ciudadanos que no viajen a la zona. En España se han puesto en marcha las mismas medidas de detección precoz de casos, implementadas con la alerta de la gripe A. Aunque desde el Ministerio de Sanidad se considera que el riesgo de que aparezca algún caso en España es «pequeño».

La OMS advierte de que para que su plan de contención funcione, se debe enviar a varios cientos de trabajadores sanitarios a las zonas afectadas y se requerirá de material y equipos de protección en cantidades suficientes.

Cruz Roja Española ya ha enviado a Sierra Leona su unidad de respuesta a emergencias, especializada en cuidados básicos de salud. En total son 12,5 toneladas de material de emergencia con un valor de 290.000 euros para realizar funciones similares a las de un centro de Salud. Junto a la unidad, se desplazan también 12 delegados de emergencias de Cruz Roja Española, especializados en salud (personal médico y de enfermería) y logística (telecomunicaciones, logística, agua y saneamiento) quienes van a apoyar el tratamiento de casos en el hospital de Kenema, en Sierra Leona.EE.UU. evacuará a dos nacionales que han contraído el virus en Liberia

Pero... ¿Qué hacer para contener un mal sin cura y cuya mortalidad está entre el 25 y el 90 por ciento? «Detectados los síntomas, es necesario encerrarse en la vivienda y avisar a las autoridades sanitarias. Es cuestión de espera. Y de suerte». El autor de estas palabras es Kaddu Ssessanga, doctor en la localidad de Bundibugyo, en la frontera entre Uganda y República Democrática del Congo, y superviviente de uno de los últimos brotes de Ébola conocidos por el hombre. Como asegura a ABC el médico, quien actuó en la crisis que, entre finales de 2007 y comienzos de 2008 se cobró la vida de una cuarentena de personas, es necesario actuar rápidamente.

«Lamentablemente no hay cura, así que lo primordial es reducir el número de contagiados lo antes posible», destaca el galeno, contagiado también por la enfermedad. «Solo unos días después de iniciarse el primer caso, comencé a desarrollar los síntomas: fiebre, dolor abdominal, migrañas. Así que tomé la decisión de encerrarme en casa y avisar al equipo médico desplazado desde la capital del país, Kampala. Un mes después, me recuperé», reconocía Ssessanga.

Precisamente, el brote de Ébola del oeste de África se ha mostrado especialmente cruel con los equipos médicos desplazados a la crisis. Entre los nuevos fallecidos se encuentran los doctores Samuel Brisbane y Sheik Umar Khan, dos de las principales autoridades médicas de Liberia y Sierra Leona sobre esta enfermedad. También hay bajas entre los expertos extranjeros que luchan en misión humanitaria. El jueves, un avión despegaba de Estados Unidos con la presunta finalidad de evacuar a los dos ciudadanos estadounidenses que se encuentran hospitalizados en Liberia tras contraer la enfermedad. Kent Brantly y Nancy Writebol sufrieron el contagio de Ébola mientras formaban parte del equipo sanitario que colaboraba con la organización humanitaria Samaritan’s Purse en la zona. De momento, su pronóstico es «grave, aunque estable», según las autoridades médicas.

Sin embargo, la intención es que ambos viajen en las próximas horas a una zona de aislamiento del hospital universitario Emory de Atlanta, vecino del centro de Control de las Enfermedades y Prevención de Estados Unidos y con el que opera de forma conjunta. No obstante, la repatriación ha despertado recelos, ante el temor de un posible contagio más allá de las fronteras de África.