El inicio de la primavera se viste de invierno con tiempo inestable y descenso de las temperaturas
Las temperaturas máximas pueden bajar entre 5 y 9ºC a partir del sábado. La primavera puede ser más cálida de lo normal en la mitad este de la península y Baleares
El inicio de la primavera se viste de invierno con tiempo inestable y descenso de las temperaturas
La primavera empieza este jueves a las 17.57 , y entramos en la estación con un tiempo invernal, según la Agencia Estatal de Meteorología ( Aemet ). Se espera la sucesión de varios frentes que entrarán por Galicia, y a partir de la madrugada del sábado, ... un frente frío de procedencia atlántica entrará por Galicia atravesando rápidamente la Península y llegando a Baleares al final del día. Producirá precipitaciones moderadas principalmente en el extremo norte y zonas de montaña del centro.
Tras el paso del frente se registrará un descenso térmico acusado en casi toda la Península, descendiendo las temperaturas máximas entre 5 y 9ºC. Continuarán las precipitaciones en el extremo norte durante el resto del fin de semana, pudiendo ser localmente fuertes en el norte de Cataluña. La cota de nieve podría descender ocasionalmente hasta los 600 m en el Cantábrico y área pirenaica.
Con frío entra la primavera, pero la predicción para toda la estación apunta a que será una primavera normal, salvo en la mitad este de la Península y Baleares donde se espera que sea algo más cálida de lo normal.
No obstante, en estas predicciones a largo plazo la fiabilidad no es muy alta, pero los modelos que manejan desde Meteorología dan un 40% de probabilidad de una primavera más cálida para el este y Baleares, y no da señales claras para el resto del territorio, esto es, estará marcada por un tiempo inestable y cambiante, que son los rasgos que definen a la estación. En cuanto a las precipitaciones no se aprecian diferencias significativas en ninguna zona de España con respecto al periodo de referencia (1981-2010).
«La primavera llega vestida de invierno»
«La primavera llega vestida de invierno, mientras que éste se ha vestido de primavera», dijo ayer gráficamente la portavoz de la Aemet, Ana Casals. Y es que el invierno 2013-2014 (se cuentan los meses de diciembre, enero y febrero) ha sido en conjunto cálido, aunque «no tanto como otros», matizó Casals, con una temperatura media sobre el conjunto de España de 8,3ºC, valor que se sitúa 0,4ºC por encima del valor medio normal (periodo de referencia 1971-2000).
La anomalía térmica fue más acusada en enero, en concreto, 2ºC por encima del valor medio, mientras que diciembre fue algo más frío, con una anomalía de –0,8ºC, y febrero volvió a ser ligeramente más cálido, con 0,2ºC por encima de la media. En cuanto a las precipitaciones el invierno fue húmedo en su conjunto: ha llovido un 20% más que la media para este trimestre. Pero ha sido muy desigual, la vertiente atlántica se ha llevado la mejor parte, pero en las regiones mediterráneas ha sido muy seco.
Sucesión de temporales del Atlántico
La explicación a la anomalía térmica positiva, sobre todo del mes de enero, habría que buscarla precisamente en el predominio de una situación de entrada de vientos de poniente húmedos, con muchos temporales con vientos fuertes y muy fuertes, o lo que es lo mismo, las ya populares ciclogénesis explosivas.
No obstante, a pesar de lo que pudiera parecer, ninguno de los observatorios ha registrado efemérides de precipitaciones en el trimestre invernal. Así, por ejemplo, en Santiago de Compostela las lluvias fueron 1.064 litros por metro cuadrado, pero de 61 registros ocupó el décimo puesto; o San Sebastián, que registró 612 litros por metro cuadrado, y se sitúa en el octavo puesto de 91 registros.
Un tanto de los mismo ha ocurrido con el viento. En Estaca de Bares sopló a 174 kilómetros por hora, pero se sitúa en el puesto en el tercer lugar de 21 registros; o en Finisterre, donde el viento alcanzó los 144 km/h, y también es el tercer registro más alto de 23, en este caso.
Según un estudio sobre oleaje entre octubre de 1957 y marzo de 2014, realizado por la Aemet, no se han registrado efemérides en cuanto a altura de las olas, pero sí en cuanto a la recurrencia. «El promedio de alturas significativas ha sido muy elevado, pero la excepcionalidad está en la reiteración», explicó Casals. Hay que tener en cuenta que el estudio de la Aemet analiza puntos en alta mar, pues la limitada resolución espacial no permite estudiar puntos más cercanos a la costa.
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