Un único departamento podría integrar todas las finanzas y actividades económicas del Vaticano

Los «ocho cardenales» presentan al Papa un proyecto de reorganización económica de la Santa Sede

Un único departamento podría integrar todas las finanzas y actividades económicas del Vaticano afp

juan vicente boo

El “consejo de ocho cardenales” que asesoran al Papa en las reformas de la Curia le entregó el miércoles un proyecto de reorganización de la galaxia de organismos económicos del Vaticano, que podrían integrarse en un departamento único, dejando atrás el actual sistema de “ ... reinos de taifas” sin apenas coordinación alguna.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, se limitó a comentar que la propuesta es un documento de “algunas páginas”, cuyo estudio corresponde ahora al Papa, la única autoridad para la toma de decisiones puesto que el llamado “G-8”, coordinado por el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, es meramente consultivo. Al cabo de tres días enteros de trabajo con el Papa han concluido el capítulo económico. Volverán a reunirse en Roma en abril y en julio, pero para dedicarse ya a la reforma de la Curia.

Entre los ocho purpurados representativos de los cinco continentes, hay tres “managers” extraordinarios: los cardenales de Boston, Sean O’Malley; de Múnich, Reinhard Marx; y de Sídney, George Pell. Tanto el presupuesto de la Santa Sede –los organismos jurisdiccionales- como el del Estado del Vaticano –el pequeño Estado con sus edificios, Jardines, Gendarmería, nunciaturas, etc.- rondan respectivamente los 250 millones de euros, una cifra similar al presupuesto de la ciudad de La Coruña. En cambio, hay muchas diócesis grandes con presupuestos muy superiores a los 500 millones de euros.

Racionalización del sistema

Una posible racionalización del sistema consistiría en unificar todas las finanzas y actividades económicas del Vaticano en la Administración del Patrimonio Apostólico de la Santa Sede (APSA), que se encarga actualmente de realizar las compras de material y pagar a los proveedores, suscribir los contratos de trabajo, pagar los salarios, etc. bajo la autoridad de su presidente, el cardenal italiano Domenico Calcagno.

El APSA es, jurídicamente, el “banco central” del Vaticano, que emite monedas de euro propias, fundamentalmente para coleccionistas. Se ocupa también de gestionar una parte del patrimonio inmobiliario de la Santa Sede y una parte de su cartera de títulos. Si se convierte en la “cúpula” del sistema financiero, el APSA pasaría esas tareas de gestión de patrimonio y cartera al banco del Vaticano (IOR), que viene realizando tanto las de “fondo soberano” como las de “banco de inversiones” y “banco comercial” para varios miles de clientes.

Queda por ver si se integra también en la entidad financiera única el extenso patrimonio inmobiliario -en zonas céntricas de Roma- de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que destina los alquileres a financiar sus actividades de misión en países pobres.

El cuadro se completa con un organismo exterior ya existente: la Prefectura de Asuntos Económicos, encargada de establecer directrices generales y de supervisar las cuentas. Su trabajo sería mucho más sencillo si las casi doscientas entidades menores con presupuestos propios pasasen a tener una gestión económica unificada. La consultora KPMG está llevando a cabo una tarea de armonización de contabilidades, como primer requisito de transparencia y mayor eficacia.

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