El Papa invita a los religiosos a ser abiertos, y a los laicos a valorarles

Durante la misa en la basílica de San Pedro, el Papa recordó a varios miles de religiosos y religiosas que «Jesús viene a nuestro encuentro a través del carisma fundacional de un Instituto. ¡Es bonito ver así nuestra vocación!». Les habló del carisma fundacional más que de las reglas, las estructuras o las aprobaciones canónicas. Era una invitación a un encuentro alegre con Jesús.

Poco después, en un Ángelus bajo la lluvia para la gente que llenaba la plaza, el Papa exhortó a todos los cristianos en general a «valorar con agradecimiento la experiencia de la vida consagrada y a profundizar en el conocimiento de los diversos carismas y espiritualidades ».

Al margen del discurso escrito les preguntó: «Pero, ¿podríais imaginar una Iglesia sin las religiosas, que hacen tantísimas cosas buenas? ¡sería imposible! ». En ese momento, algunos de los fieles laicos y las familias se lanzaron a aplaudir a las religiosas que estaban en la plaza, que sonreían emocionadas.

Al día siguiente del encuentro del Papa con los miembros del Camino Neocatecumenal, muchos de los participantes acudieron también el Ángelus, así como otros peregrinos venidos de España. Para su sorpresa y alegría, Francisco dirigió «un saludo particular a los estudiantes españoles de Villafranca de los Barros y Zafra». Fue una agradable sorpresa.

Con relativa frecuencia, el Papa subraya la importancia del trabajo de equipo, cada uno según su especialidad, pero sin que ninguna persona, ninguna institución o ninguna parroquia se encierren en sus estrechos límites . Ayer invitó a los laicos y a los religiosos a valorar todas las espiritualidades: la propia y la de los demás.