Los musulmanes inician una peregrinación menos concurrida de lo habitual a La Meca

También se han extremado las precauciones y tomado medidas especiales para evitar el contagio del Síndrome Respiratorio Coronavirus de Oriente Medio , después de que al menos 49 personas fallecieran en el reino desde su detección en septiembre de 2012. Incluso se están aplicando controles más estrictos en los accesos de la ciudad santa, negando el ingreso a quien no posea una autorización oficial para el «hach», una actitud que contrasta con la de años anteriores en los que había más «flexibilidad», sobre todo con los residentes.

Los fieles dedicaron esta primera jornada, denominada el día de «Al Taruia» (revelación), a rezar y meditar a la espera de subir la próxima madrugada el monte Arafat. Vestidos con el «ihram», que consiste en dos piezas de tela blanca sin costura para los hombres y en una túnica larga para las mujeres, los peregrinos entonaron al unísono «Labbaik Allahuma Labbaik» (Aquí estoy, oh señor) durante su estancia en el valle de Mina, vecino a la ciudad santa.

Según el islam, en este valle Abraham acudió para cumplir la orden divina de sacrificar a su hijo Ismael, antes de que Alá le enviara un carnero. Será en ese punto donde los peregrinos pasen también la noche dedicados al rezo, la meditación y el recogimiento en el primero de los tres días que dura la peregrinación, uno de los cinco pilares de la fe islámica.

Para mantener la seguridad y evitar que mientras tanto se produzcan ataques y protestas de carácter político, se han desplegado unos 95.000 policías . El portavoz del Ministerio saudí de Interior, Mansur al Turki, explicó hoy en una rueda de prensa que la reducción del número de peregrinos se ha dejado notar en la menor congestión del tráfico en la zona, donde habitualmente había filas kilométricas de vehículos. Al Turki agradeció a los peregrinos que hayan cumplido las instrucciones y viajado con un permiso para la peregrinación. Por su parte, el portavoz de los cuerpos de seguridad dedicados a la peregrinación, el teniente coronel Mohamed al Basami, subrayó que los servicios médicos y de venta de alimentos, así como el traslado de fieles, están funcionando con normalidad.

Algunos de los peregrinos comenzaron ya a dirigirse al monte Arafat , donde el profeta Mahoma pronunció su último sermón «Jutbat al Wadaa» (el sermón de la despedida) hace catorce siglos. Allí permanecerán mañana hasta la puesta de sol para después dirigirse a la localidad vecina de Muzdalifa, donde pernoctarán y recogerán guijarros antes de desplazarse a Mina para cumplir el primer apedreamiento de las tres columnas que representan al diablo y sus tentaciones.

Después deberán completar las vueltas a la «Kaaba» , un edificio en forma de cubo, cubierto por una tela negra y dorada, en el que se encuentra la piedra negra, que los musulmanes consideran un pedazo desgajado del paraíso. Considerada por los musulmanes como la primera edificación de la tierra, en ella los seguidores de Mahoma sitúan el centro del universo.

Cumplidos los rituales, los fieles se cortarán el pelo y las uñas y darán muerte a un cordero, con lo que comenzará la fiesta del Sacrificio (Aid al Adha), una de las principales festividades islámicas. En los tres días que siguen a la citada fiesta, los peregrinos deberán cumplir la segunda fase de la lapidación del diablo en Mina y dar siete vueltas más como despedida a la «Kaaba».