El Papa quiere un Sínodo de Obispos permanente a través de internet

Según el coordinador del nuevo Consejo de Cardenales, el Papa desea que, en lugar de reunirse durante tres semanas en Roma cada año o dos, el Sínodo de Obispos «sea un instrumento que trabaje durante tres años, con consultas permanentes y si es necesario diarias utilizando internet». Es decir, «una estructura interactiva que permita tener a los obispos miembros siempre presentes, a pesar de que cada uno permanezca en su país».

Es la aplicación del principio de «sinodalidad» como sistema de trabajo, al que el Papa se ha referido en varias ocasiones.

El cardenal Maradiaga adelantó que el nuevo secretario general del Sínodo de Obispos, Lorenzo Baldisseri , se reunirá con el equipo permanente para poner en marcha los cambios, confirmar el tema de la próxima reunión y emitir en breve la convocatoria. Normalmente participan en torno a dos centenares de obispo de todo el planeta, la mayoría de ellos elegidos por las respectivas conferencias episcopales.

El coordinador del Consejo de Cardenales confirmó que después de la reforma del Sínodo de Obispos se abordará la de la secretaría de Estado y, a continuación, los departamentos de la Curia Vaticana .

La próxima reunión del Consejo de Cardenales con el Papa, del 3 al 5 de diciembre, permitirá hacerse una idea del calendario de trabajo, pero el purpurado hondureño advierte que redactar la nueva constitución de la Curia vaticana , que sustituirá a la de 1988, «requerirá tiempo. No esperéis que se termine el próximo año».

Requerirá tiempo, entre otros motivos porque «queremos que se escuchen las voces de las personas interesadas, es decir, las que trabajan en la Curia. El proyecto de constitución será discutido con la gente que trabaja en la Curia, con gente experta».

La reforma comienza por unificar los departamentos económicos, ahora dispersos en cinco entidades grandes y más de 200 pequeñas. Según Maradiaga, «no se entiende por qué el Vaticano no pueda tener, como otros Estados, un ‘ministerio de finanzas’ que reúna todos los departamentos que se ocupan de asuntos económicos». Reducir el número total de departamentos ahorra trabajo de coordinación y permite agilizar las consultas.

La reforma del organigrama del Vaticano está en marcha y, como dijo la pasada semana su portavoz, será profunda. Los expertos prevén que requiera dos años, un plazo razonable para la lentísima estructura vaticana «antigua». La nueva será, lógicamente, mucho más rápida, tanto en el trabajo normal como en los reajustes.