Guerra abierta a las novatadas
Los colegios mayores de España se comprometen a elevar las sanciones contra estas prácticas y piden un gran acuerdo social para erradicarlas
luis raboso
«Nos metían en agua congelada y nos hacían cantar o gritar. Si no, nos pegaban». Es el testimonio de un joven que en su primer año en un colegio mayor sufrió novatadas constantes . De hecho, esta víctima cuenta a ABC que en este ... centro estas «bromas» eran algo habitual a lo largo de todo el año.
«Te comen la cabeza, entras en una entidad imaginaria y al final la gente se acaba acostumbrando», asegura este estudiante, que recuerda aquellas supuestas bromas como una verdadera pesadilla. Asimismo señala que quienes no participaban en las novatadas eran tildados como «traidores» y «les hacen la vida imposible». «Me amargaron bastante», confiesa sobre su propia experiencia, y aunque no denunció los hechos, ahora es tajante: «Me arrepiento de no haberlo hecho».
Casos como éste se repiten cada año al comenzar el curso universitario. Por ello, colegios mayores de España han decidido unirse para tratar de erradicar las novatadas . A través de un manifiesto, que se hizo público ayer, denunciaron unos hechos que califican de «inaceptables» al considerar que suponen una humillación, atentan contra la libertad, la integridad y la dignidad de los más débiles.
A esta denuncia se sumaron universidades de todo el país como la Pontificia de Comillas ICAI-ICADE, la Complutense de Madrid, la Universidad de Navarra, la de Zaragoza o la Universidad San Pablo-CEU.
Humillación y maltrato
Con este manifiesto pretenden que haya una colaboración de padres, instituciones educativas, jurídicas y políticas para poner freno a las novatadas. «El objetivo es erradicar una realidad que es una tradición, pero que atenta contra la dignidad de los alumnos», aseguró Ana García-Mina Freire, vicerrectora de la Universidad Pontificia de Comilla ICAI-ICADE.
Asimismo, el manifiesto rechaza los argumentos que utilizan para legitimar las novatadas, como que son «bromas inocentes indispensables para la integración» o que «son tradiciones imprescindibles para preservar y transmitir el espíritu colegial». «Quienes sufren las novatadas son los más débiles. Lo que hacen es dividir», apuntó Ricardo Calleja, miembro de la Comisión del Consejo Permanente de Colegios Mayores Universitarios.
Por otro lado, los firmantes del manifiesto hicieron hincapié en el miedo al que se enfrentan los jóvenes que sufren novatadas, que son marginados y excluidos. En este sentido, recalcaron que denunciar es clave para que se conozcan los casos. «Si el alumno no denuncia, los recursos para erradicar estos actos es menor», afirmó García-Mina Freire.
El compromiso del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España es adoptar las medidas más oportunas y eficaces sin distinguir si se realizan dentro o fuera de los recientes de estos centros. La prioridad es defender y proteger a las víctimas de las novatadas poniendo a disposición de quienes las sufren los instrumentos necesarios para su atención.
«Actuar en prevención es educar a la sociedad», aseguró María Encina González Martínez, vicerrectora de Estudiantes de la UCM. «Hay que ayudar a aquel que se incorpora a la Universidad para que se adapte y así tenga un mejor rendimiento», añadió. Además señaló que, a veces, el Colegio Mayor donde están las víctimas de las novatadas no pueden hacer nada, ya que éstas «se producen fuera del centro».
«No son bromas»
Loreto González Dopeso, presidenta de la asociación «No más novatadas», subraya la necesidad de que «tomemos conciencia de la magnitud de las novatadas, ya que no son bromas».«La entrada de la universidad no debe ser así», señala a este diario.
Su proyecto tiene como objetivo principal poner freno a las novatadas. Para ello, González Dopeso cree necesario «informar, destapar estos actos, sensibilizar, asistir a los jóvenes maltratados para acogerles y aconsejarles».
La presidenta de la asociación afirma que «hay novatadas que ponen en peligro hasta la vida». Por ello, pide que se denuncien estos actos independientemente de su gravedad. «Quienes legislan y las autoridades universitarias deben hacer un protocolo para que haya sanciones», añade.
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