revés judicial
El Tribunal Supremo indio revoca la orden que prohíbe los «safaris humanos»
La medida limitaba el acceso de los turistas a la carretera «Trunk Road» que atraviesa la reserva de la población indígena jarawa en las Islas Andamán
El Tribunal Supremo indio revoca la orden que prohíbe los «safaris humanos»
En un inesperado revés judicial, el Tribunal Supremo de la India ha revocado la orden que prohibía el acceso a los turistas a la carretera conocida como «Trunk Road» que atraviesa la reserva de la población indígena jarawa en las Islas Andamán (India), según informa ... Survival Internacional .
La organización en defensa de los derechos de los indígenas ha venido denunciando desde 2010 la existencia de lo que han llamado «safaris humanos», programados por agencias de viajes con el consentimiento de las autoridades indias que permitían el acceso de los turistas a la reserva de los jarawa para fotografiarlos y en el peor de los casos, «lanzarles comida, hacerles bailar o someterlos a abusos sexuales», denuncia Raquel García, portavoz de Survival.
La decisión del Tribunal indio no ha sido publicada, pero según Survival se hará oficial mañana, fecha para la que algunas agencias de viajes locales ya están programando nuevos «safaris humanos», informa la organización.
Esta decisión de las autoridades indias se contradice con la medida provisional tomada en enero que exigía el cierre de la carretera prohibiendo los «safaris humanos» y también con otra mucho más antigua, del año 2002, cuando el mismo tribunal dictaminó que la carretera debía ser cerrada. La medida nunca se puso en práctica. «La decisión llega como un golpe a la campaña ya que supone que el turismo puede continuar, y por ende la explotación. Los jarawas vuelven a ser vulnerables a los abusos», afirmó la portavoz de Survival.
Los motivos de la decisión aún se desconocen puesto que el Tribunal no se ha pronunciado oficialmente. «En la India y sobre todo en cuestiones indígenas no puedes poner las manos en el fuego, pero aún así nos ha sorprendido, no sabemos a qué puede deberse, aunque el gobierno de las Andamán y la comunidad de colonos había hecho presión para que se abriera la carretera, para ellos es una fuente de ingresos», explicó Raquel García.
«No entendemos cómo el tribunal tomó una decisión que puede poner en riesgo la vida de las personas; no solo es una cuestión moral, porque se utiliza a seres humanos como animales de circo, sino que hay un peligro para sus vidas», añadió. En este sentido, Survival ha alertado de que el contacto de poblaciones indígenas aisladas con foráneos podía ser perjudicial para su salud: «Podrían contraer enfermedades contra las que no tienen inmunidad», apuntó Sophie Grig, jefe de campañas en Survival.
«El problema ha sido que el gobierno eliminó la ruta marítima que conectaba los dos extremos de la isla. Si hubiera una alternativa, ni los colonos ni turistas pasarían, la carretera es ilegal», señala García. «La reserva es una reserva indígena para uso y disfrute de los indígenas, es el último reducto de su territorio», concluyó.
Aparte de Survival que aboga por el derecho de los indígenas a decidir si integrarse o continuar viviendo aisladamente, son muchas las organizaciones que denuncian el llamado «etnoturismo», según el cual, las propias poblaciones indígenas se someten a un turismo que los contempla como objetos exóticos, «auténticos ejemplares» de una población lejana que los foráneos ven como a sus ancestros. Los indígenas lucran con esta idea. Como señala el antropólogo Sergio Yanes, «las etnias se autointerpretan bajo los códigos del turismo, y ponen a la venta su propia existencia».
En este sentido, el documental «Framing the Other», realizado curiosamente por guías turísticos en su andadura por Etiopía, denuncia el «acoso fotográfico» del que son objeto los mursi, indígenas que habitan en el Valle del Río Omo. Las mujeres se caracterizan por llevar enormes platos en la boca haciendo que sus labios se dilaten y «que los flashes las persigan».
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