El castillo donde los jabalíes se aguzaban los colmillos

Dicen que el nombre viene porque en la sólida base de la fortaleza los jabalíes se aguzaban o afilaban los colmillos. De bella factura, fue restaurado profundamente por el Ministerio de Cultura en los años 60, es muy fácil visitarlo porque la cancela que lo guarda suele estar abierta y la entrada es libre. Fue declarado monumento nacional 1923 gracias a los trabajos llevados a cabo por Feliciano Candau y el Duque de Medinaceli.

El castillo se encuentra en la ruta de los llamadas fortalezas de la Reconquista, en la frontera con el reino nazarí de Granada. Cuenta con cuatro torres rectangulares en las esquinas y dos semicirculares, cada una de ellas con nombre propio: las de Cote, el Bollo, Lopera, del Águila, Alocaz y Llado . Aunque desde luego lo que llama la atención es la impresionante torre del homenaje, con dos grandes habitaciones y muros de más de tres metros de ancho.

Se tiene constancia de la existencia en su entorno de varios asentamientos romanos y medievales, no en vano los moradores de este núcleo en el siglo XV se trasladarían a El Coronil tras pasar este donadío a integrarse en la referida población. Se usa como escenario para un festival de flamenco. Cuidado a la vuelta para Sevilla, no se puede girar a la izquierda por un peligroso cambio de rasante.