Manos servitas

¿No os nace un escalofrío en el corazón cuando miráis la mano sujetando la cabeza inerte? Sexta Angustia, Siete Dolores, siete puñales en el corazón que llevarán los nazarenos sobre sus antifaces enlutados, acompañando, entre tinieblas y saetas de vencejos vespertinos, a la Madre ... que acuna en el regazo a su Hijo muerto. ¿No os conmueve ese contenido dolor, esa belleza de sufrimiento, esa ternura impotente entre las manos servitas? Casi parece, ante esas puñaladas finas de cuchillo, que no hubiera esperanza.