Muere el presbítero de Sevilla Antonio Hiraldo

Vivió grandes momentos de la iglesia hispalense durante la época del arzobispo fray Carlos Amigo Vallejo y cómo la curia se transformó tras el Concilio Vaticano II. Durante su época en la parroquia de San Román, la Virgen de las Angustias de los Gitanos fue coronada canónicamente y el templo tuvo que clausurarse para ser restaurado propiciando que la cofradía saliera de los Terceros, Santa Catalina o Santiago.

También, vivió la recuperación de la iglesia del antiguo convento del Valle para la mencionada cofradía de los Gitanos y su traslado definitivo en 1999. Luego, unos años después, pudo ver cómo se restauró la parroquia de San Román y cómo se cerraba Santa Catalina para su restauración, algo que no llegó a contemplar.

Nació en Morón de la Frontera el 14 de marzo de 1938, y la fecha de su ordenación, el 18 de junio de 1961. Estuvo de párroco también en San Juan Bautista, de Villanueva de San Juan, y San Román y Santa Catalina, en la capital.

Cursó estudios de Teología y Ciencias de la Educación en Roma donde fue testigo de cómo la Santa Sede promovía el modelo de Iglesia que emanó del Concilio Vaticano II. Compatibilizó estos servicios con su faceta formativa, desde el Centro de Estudios Teológicos a la Escuela estatal de Magisterio. Fue director del Secretariado de Coordinación Pastoral y presidente del patronato de la Escuela de Magisterio Cardenal Spínola.

Fue secretario de la Asamblea de Obispos del Sur de España entre 1983 y 2017, delegado episcopal para la primera visita del papa Juan Pablo II a Sevilla en 1982 o director del Pabellón de la Santa Sede en la Exposición Universal diez años después.