El seleccionador español, Luis de la Fuente, es un hombre convencido de sus creencias. Criado en La Rioja, pero con vivencia en distintas etapas en Bilbao y Sevilla, con la ciudad hispalense forjó una conexión laboral, personal y, sobre todo, espiritual.
« ... Tengo casa en Sevilla y me siento un sevillano más. Éramos hermanos de San Benito y un día la casualidad me hizo caer cerca del Cachorro. Me fui allí, me vio el hermano mayor, y desde entonces le venía a ver cuando jugaba en Sevilla. Y me hicieron hermano de la hermandad» desvelaba el entrenador del combinado nacional.
Y es que el seleccionador de España tiene una fe inquebrantable en Dios y la defiende sin complejos en cada comparecencia o entrevista que tiene ante medios, o en un auditorio lleno como el que se encontró en la CEU Fernando III de Bormujos.
«Trato de ser Luis de la Fuente. No voy a renunciar a mis principios y valores. Como católico quiero que se me respete, al igual que se me respete que me gusten los toros. Yo he elegido ser católico, también he tenido dudas, como mucha gente. Cuando tienes 17 años y te puedes comprar un coche grande, viajes que no hace nadie… crees que todo lo importante es lo material. Pero no es así. Mi fe me ayuda a sentirme fuerte», defendía el técnico en un entorno que agradeció su sinceridad en una interesante charla.
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