Entrevista
Francisco Vélez: «Se deben aplicar medidas de autorregulación de nazarenos el año que viene»
El presidente del Consejo de Cofradías aboga por la limitación de los cortejos de las hermandades y también de los componentes de las bandas durante la carrera oficial
«Me emocioné cuando la gente arropó al Cachorro en medio del aguacero subiendo al Coliseo»
«Hay abonados que ya no me dirigen la palabra porque perdieron sillas cuando quitamos las de la calle Sierpes»
-RyvzQZETi1NOmhcvrtnMWDM-1200x840@diario_abc.jpg)
Francisco Vélez cumple este mes de junio 25 años de servicio al Consejo de Cofradías, donde ingresó en 1996 de la mano de Antonio Ríos. En la historia de la institución, ninguna otra persona alcanza una hoja de servicios tan dilatada. A un año de ... abandonar la presidencia del Consejo, el Ayuntamiento le ha distinguido con la medalla de la ciudad.
–Cuando en junio de 2026 abandone el Consejo, acumulará 26 años de servicio a la institución. Echa la vista atrás, hace balance, y ¿cree que le ha merecido la pena?
–Sí, estoy convencido de que sí, a pesar de que en mi mandato como presidente ha habido muchos reveses. He tenido que padecer una pandemia. Dos años sin ingreso alguno para las hermandades, lo que nos obligó a hacer encaje de bolillos para garantizar que tuvieran sus ingresos. Y también hemos tenido que hacer frente a la imposición del IVA a las sillas, un asunto que se nos vino encima de la noche a la mañana por parte de Hacienda. Nos querían imponer el 21% de IVA. Intenté negociar, y que en lugar del 21% aplicarán un 10%, el correspondiente al IVA cultural, pero no sirvió para nada, porque Hacienda se mantenía en el 21%. Presentamos entonces una reclamación ante el Tribunal Económico Administrativo regional y la ganamos. Pero Hacienda recurrió ante el central, órgano que también nos volvió a dar la razón. Y a raíz de ese momento, la Carrera Oficial está exenta de IVA. Fue un ataque importante y lo pasamos mal. Muchos abonados hacen un gran esfuerzo para sacar su silla y meterle de la noche a la mañana un 21% era una pasada.
Como curiosidad, Sevilla es la única ciudad de Andalucía que tiene exención de IVA. En el resto de Andalucía tienen un IVA al 21% porque Hacienda entiende que en todas esas ciudades los desfiles pueden ser contemplados normalmente por cualquier persona, por toda la Carrera Oficial o por parte de ella, sin necesidad de pagar por ello, es decir, desde atrás. El hecho de verlo sentado se entiende como un plus de comodidad que sí debe pagar IVA. Esa es la diferencia. En Sevilla tenemos los paneles a lo largo de toda la Carrera Oficial, algo que se hizo no para fastidiar al peatón y evitar que la gente no vea, sino para impedir que la gente se agolpe en los pasillos de evacuación. La verdad es que nos costó mucho trabajo y mucha contienda con los comerciantes instalar esos pasillos, pero ése es en realidad el motivo por el que Sevilla no paga.
–¿Y cómo explicar a cualquier persona tantos años de empeño dedicados a una tarea de la que no se obtiene remuneración económica alguna?
–No sólo no tiene remuneración económica, sino que te cuesta el tiempo de tu familia, de tu trabajo y de tus amigos. Gracias a Dios, en mi caso, tengo un compañero en el despacho, Fernando, que empezó conmigo desde que acabó la carrera y llevamos cerca de 30 años juntos. Él me ha cubierto y me sigue cubriendo en todos los momentos en que yo me ausento. Sin embargo, y a pesar de este indudable sacrificio, también se obtienen recompensas muy gratificantes. Por ejemplo, cuando ganamos la batalla del IVA, o cuando logramos enderezar el Martes Santo, que cuando yo llegué a la presidencia procesionaba al revés. O cuando encuentras una solución para que las hermandades mantengan sus ingresos en un momento en que el túnel se había vuelto muy oscuro a causa de la pandemia. Recuerdo que hasta llegamos a pedir a los hermanos mayores autorización para pedir un préstamo por si fuera necesario. Un préstamo que nos autorizó la diócesis y que, dada su elevada cuantía, debimos pedir su ratificación a la Santa Sede, cosa que también se logró. Esas autorizaciones, afortunadamente, están en el cajón de mi despacho porque no se utilizaron nunca. Creo que logramos sacar del atolladero una situación muy complicada.
Y aunque nunca se contenta a todo el mundo, creo también se ha mejorado algo en los recorridos y en el orden de algunos días de la Semana Santa. También este desempeño me ha permitido conocer al Papa Francisco, algo que no tiene precio, con motivo de los trabajos de preparación del Congreso. La verdad es que satisface mucho que organices algo de tanta importancia y que salga bien y que se organice una procesión extraordinaria o magna y que también salga bien. Es verdad que también se sufre y se pasa mal cuando hay cosas que tú ves que no salen. Tú sabes cómo somos en Sevilla y cómo son los cofrades. Nunca contentamos a todo el mundo, a pesar de que todo se ha hecho con buena voluntad.
–¿Aterrizó en el Consejo en el año 1996. ¿Cómo ha cambiado la Semana Santa en todos estos años?
–Ha cambiado mucho. Por ejemplo, la filosofía de las hermandades, el tipo de hermanos mayores… no son lo que eran hace 30 años. Solían tener más edad que ahora. Eran personas mayores. Han cambiado las relaciones con el Consejo. Es verdad que se tiende a magnificar lo antiguo, los que tú viviste lo identificas como los momentos mejores.
–Cuando ingresa en el Consejo, la Semana Santa de Sevilla contaba con una nómina de sólo 57 cofradías y dos hermandades de vísperas, Torreblanca y el Carmen. ¿Echa algo se menos en particular de aquellas Semanas Santas de finales de los noventa?
–Era una Semana Santa muy distinta. Echo de menos las relaciones que se creaban entre el delegado y las hermandades. Cuando yo era delegado existían unas relaciones con los hermanos mayores cuasi familiares. Eran relaciones de amistad, de hecho yo conservo extraordinarios amigos entre los hermanos mayores de entonces. Y seguimos siendo amigos al margen de las cofradías. Era una relación más intensa.
–Hablemos de su etapa de presidente. Haciendo un repaso breve, le ha tocado lidiar con asuntos y acontecimientos de gran trascendencia.
–Creo que ha sido el mandato más polifacético en la historia de esta institución. Bueno, y todavía hay cosas que arreglar. Aún me queda un año y algo al frente del Consejo y quiero algunas cositas se arreglen antes de irme. Algo habrá que empezar a hacer con el tema de la masificación de nazarenos, aunque no se resuelva definitivamente. Sinceramente, creo que es necesario generar un gran debate. Entiendo que el Consejo no puede imponer a las hermandades la supresión de un número de nazarenos, pero sí puede dar pautas en un determinado sentido aun no interviniendo en el régimen interno y en las reglas de las hermandades. Y lo mismo pasa con los nazarenos que pasa con las bandas de música. Ya hubo un momento que fue clave siendo vicario general don Antonio Domínguez Valverde cuando se decidió que los penitentes irían de a tres. En aquel momento esa decisión supuso un impacto y, sin embargo, hoy día a nadie se le ocurre cuestionarla. Creo que se pueden adoptar medidas que, aunque en un principio puedan genera cierto impacto, puedan resultar beneficiosas. No puede ser que una persona se lleve dos horas viendo pasar nazarenos cuando va a ver una cofradía. Eso no lo resiste nadie y por eso hay sillitas y la gente se sienta en los bordillos. Es que eso es demasiado.
–¿Y más allá de la autorregulación de los cortejos, ¿qué medidas se podrían adoptar?
–Me acuerdo de una banda, la de la Policía Armada, que era extraordinaria en la Semana Santa de Sevilla. Y esa banda no tenía más de 50 o 60 músicos. Sin embargo hoy día vemos bandas y agrupaciones que traen 400 miembros, lo que en algún caso supone más componentes que una hermandad. Tú puedes llevar los músicos que quieras desde que sales hasta que entras, pero en Carrera Oficial no, porque tenemos unos tiempos determinados que cumplir. De hecho, durante el resto de los recorridos esas mismas bandas no suelen ir con todos sus componentes, sino con la mitad o las tres cuartas partes. Creo que este tipo de medidas pueden contribuir.
Y con respecto a los nazarenos, a lo mejor las hermandades tienen que plantearse un periodo de carencia para que los nuevos aspirantes puedan salir. Lo que no vale es que yo este año he visto la cofradía y me ha gustado, me hago hermano y el año que viene salgo, porque entonces al siguiente año habrá 300 nazarenos más. La hermandad del Silencio ya ha dado pasos en este sentido. Creo que son cosas que se deben hacer. Como te he dicho, habrá que abrir un gran debate en el que opinen hermanos mayores, diputados mayores de gobierno y directores de bandas y busquemos soluciones entre todos. Llegará un momento en que esta situación va a generar un problema mucho mayor. La Madrugada, en concreto, va a reventar. Algunas de esas medidas se deberían de empezar a aplicar ya el año que viene, al menos con carácter experimental. A los nuevos problemas hay que buscar nuevas soluciones. Desde luego, desde este Consejo vamos a pensar y a aportar soluciones, como deben hacerlo también las hermandades.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete