«La Policía nos pidió prolongar el alumbrado de la Feria hasta las 6 de la mañana porque así se reducen mucho los delitos»

No suele haber muchas novedades en la Feria de Abril (aunque haya empezado en mayo) porque este evento es, principalmente, una cuestión de tradición. Una tradición que funciona y rinde buenos resultados. Así, la ornamentación eléctrica sigue siendo la misma desde hace cuarenta años y los farolillos se mantienen también con los colores naranja y blanco. Baena explica que una medida tomada hace tres años en la primera Feria post-covid vino para quedarse: la mayor ventilación de las casetas. .

Otra tradición es el albero y su tratamiento. Sevilla ha entrado en alerta roja por polen de olivo y el polvo puede complicarles la vida a los feriantes alérgicos y a los no alérgicos. «Lo seguimos tratando con cloruro de calcio para que no se levante el polvo y lo seguimos haciendo tres días antes del inicio de la Feria, algo básico para evitar problemas a alérgicos y no alérgicos«, cuenta Peña.

La tecnología sí se incorpora al evento si se demuestra que mejora sus dividendos. Un ejemplo son las lámparas led cuyo excelente rendimiento se traduce en un ahorro de 250.000 euros en la factura eléctrica, la mitad de la que había que pagar con las bombillas anteriores. Y la importancia de la luz eléctrica en una fiesta tan multitudinaria que se vive muy especialmente de noche ofrece otra novedad: la extensión del alumbrado una hora más que el año pasado. «La Policía Nacional nos pidió que lo prolongáramos hasta las 6 de la mañana, una hora más que en 2024. Ese año ya se había extendido una hora respecto al año anterior, que se apagaba a las 4, y las fuerzas de seguridad comprobaron que esa hora más de luz redujo mucho la comisión de delitos«. Esta Feria de Abril 2025 será, pues, la que tenga más horas de iluminación nocturna de toda su historia y (quizá) la que registre menos hechos delictivos.

Uno de los lugares del real donde más delitos y reyertas suelen producirse es la calle del Infierno, un nombre que, como se ve, no es casual. «Es algo lógico porque en todas las casetas hay seguridad y todo está más controlado, mientras en en esa zona sólo hay vigilancia general de la Policía y hay más gente joven proclive a crear problemas», cuenta Peña. Añade Baena que «el ruido suele fomentar los conflictos» y que este año se van a emplear a fondo en el control de decibelios. El jefe de negociado de Fiestas Mayores explica que los responsables de las atracciones las distribuyen de una manera nada arbitraria «Cada pista recoge a un tipo de público determinado para que no haya enfrentamientos. Hablamos de atracciones más para gente pija, por decirlo así, y otras más populares, más de barrio, por entendernos».

La calle Pascual Márquez no es precisamente la más frecuentada por la primera. Aquí están casi todas las casetas de distrito y algunas de las más problemáticas en materia de seguridad. «Este año vamos a intentar controlar más esos altavoces hacia la calle porque son una ruina para la imagen de la Feria. Además, ni siquiea ponen sevillanas«, cuenta el jefe de sección de Fiestas Mayores. Por cierto, una de las »problemáticas« era la que ocupaba el PSOE y que perdió el pasado año por no presentar en tiempo y forma los »papeles« de la renovación. »Era una caseta muy ruidosa y conflictiva a nivel de entradas y ventas, pero por el concesionario privado que la tenía«, aclara Baena.

Si hay algo que temen Baena y Peña son los apagones. Una línea de alta tensión recorre el parque de atracciones de la calle del Infierno, aunque esa se va a soterrar el próximo año para evitar riesgos. El real de la Feria necesita la misma energía que gasta un pueblo de 5.000 habitantes. «Tenemos un problema con la baja tensión en la Feria, que está muy deteriorada, y esperamos poder solucionarlo. Es un tema muy complejo pero si lo arregláramos podríamos dar mucha más potencia al real. Estamos hablando de unas mil viviendas y ahora estamos dando 10 kilovatios a cada caseta».

Un apagón es el peor escenario para la Delegación de Fiestas Mayores. Lo que ocurrió en la cena del pescaito de la feria de 2023 dejó huella: dos horas sin luz en el real. «Las freidoras se suelen encender todas entre las 7 y las 8 de la tarde y fue entonces cuando se produjo el apagón. Quizá fue un pico de alta tensión como el del apagón que sufrió España el lunes de la semana pasada pero no me atrevo a afirmarlo«, dice Baena. Hay más de 50 operarios eléctricos en la Feria para tratar de atender cualquier anomalía que pueda producirse y evitar que esto se produzca.

El real cuenta con un grupo electrógeno ubicado en Tablada que entraría en servicio, en caso necesario. «Puede durar unas 4 horas pero nosotros no lo usaríamos para que continuara la Feria sino para evacuar a sus visitantes en condiciones de seguridad. «Sin esas luces de emergencia, esto sería un caos, imagínese. Ojalá nunca tengamos nunca que utilizarlo«, dice Baena.

En este momento unas cincuenta personas de varias empresas velan sin descanso por el mantenimiento de todos los servicios en el real de la Feria, sin contar con los de otras empresas municipales como Lipasam o Tussam. Baena y Peña esperan que todo el esfuerzo de tantos meses (casi de año a año) luzca al final como merece. Como todos los años. «El miércoles de Feria ya empezamos a relajarnos un poco porque la gente deja ya de pedirnos cosas», comentan.