Inversión Corporativa se querella contra Urquijo por vaciar la matriz de Abengoa y ocultar información

Inversión Corporativa, que tenía el 28% de los derechos económicos en Abengoa en 2015, considera que el consejo alteró y ocultó al mercado información económica de una empresa que cotiza en Bolsa y cometió un delito societario al negarle información a los accionistas. Asimismo, la sociedad que preside Benjumea entiende que hay indicios de un delito societario porque el consejo impuso presuntamente acuerdos lesivos para la sociedad y los socios minoritarios. «Con esas actuaciones se habría alterado el valor de la cotización de las acciones de Abengoa», dice IC, que ve también indicios de delito en el consejo por «despatrimonializar la compañía en favor de los acreedores financieros, perjudicando con ello a Abengoa, a los accionistas y a los pequeños ahorradores».

La querella ha sido interpuesta contra el consejo de administración de Abengoa, que en el momento en que se produjo el segundo rescate estaba presidida por Gonzalo Urquijo e integrada por Josep Piqué, Manuel Castro Aladro, José Luis del Valle Doblado, José Wahnon Levy, Ramón Sotomayor Jáuregui y Pilar Cavero Mestre. El citado consejo fue reprobado y destituido el pasado 17 de noviembre por la junta de accionistas, a propuesta de la plataforma de minoritarios AbengoaShares. Según ha podido saber ABC, accionistas minoritarios contrarios a Gonzalo Urquijo y al tercer rescate de Abengoa han mostrado su interés en adherirse a la querella.

La querella, que tramita el despacho de Álvaro Remón, recuerda que la primera reestructuración financiera de Abengoa se produjo tras acudir la empresa al preconcurso en noviembre de 2015. Inversión Corporativa añade que ese preconcurso llegó después de que el Santander, uno de los mayores acreedores de Abengoa, abortara la operación de ampliación de capital por 650 millones de euros prevista en septiembre de 2015 y forzara la salida de Benjumea como presidente, «como ha señalado la sentencia absolutoria de 2018 de la Audiencia Nacional».

En el primer rescate, Abengoa tenía tres activos esenciales: la actividad de ingeniería y construcción, una planta de generación en México (A3TC) y la sociedad Abengoa Yield , cotizada en Estados Unidos y propietaria de todos los activos concesionales de plantas eléctricas renovables que tenía en Europa, América y África. En la primera reestructuración -dice Inversión Corporativa- se hizo una quita de la deuda, entró dinero nuevo y se creó un holding, de modo que «el accionista antiguo de Abengoa pasó de tener su 100% a un 5%».

En el segundo rescate, según la querella, el consejo de administración traslada la propiedad de las sociedades interpuestas propietarias de los activos esenciales, a cambio de nada, a los acreedores, fundamentalmente Banco Santander, llevando a Abengoa, inevitablemente, a que valga cero».

«Esto -dice Inversión Corporativa- no se ha hecho de una manera transparente, sino que se habría ocultado a través de unos bonos convertibles que dejan preparada la sociedad para el siguiente zarpazo. Esto lo hace el consejo con el agravante de ocultación de información al mercado porque es consciente de que con esta segunda reestructuración, las acciones de Abengoa valen cero y en el mercado de valores capitalizaba por un valor de 200 millones de euros».

La querella indica que en el segundo rescate se reasignaron deudas, algunas de ellas desde la filial Abenewco1 -que sigue presidiendo Gonzalo Urquijo- hacia A3TC, lo que suponía «que una futura venta de esa planta de generación no beneficiaría al negocio de ingeniería, sino a los acreedores, «resultando perjudicados los accionistas y acreedores que están por encima de Abenewco1». Añade que «la creación de la sociedad Abenewco2 bis fue un parche organizativo que va a permitir que todos los negocios de Abengoa queden bajo el control de las entidades financieras que aportaron dinero nuevo».

«Tan sólo unos meses después de aprobarse el segundo plan de rescate, el 31 de diciembre de 2019, ya se encontraba incursa en causa de disolución, viéndose obligada a pactar una tercera reestructuración con carácter urgente», denuncia Inversión Corporativa.

En cuanto al tercer rescate negociado por Urquijo con acreedores y fondos de inversión (Santander, KKR o Bluemontain) o ICO , Inversión Corporativa denuncia que se ha justificado por el Covid «pero realmente lo que han hecho ha sido ejecutar los acuerdos de la segunda reestructuración, que son, esencialmente, llevar el valor de Abengoa a cero y poner en marcha el proceso para su liquidación», trasladando a Abenewco1 la cabecera del grupo, «donde Banco Santander es, una vez ejecutados los bonos, el primer accionista».

Inversión Corporativa está en concurso de acreedores y su salida del mismo dependía del acuerdo de entregar una bolsa de suelo de medio millón de metros cuadrados en Sevilla capital para saldar una deuda de casi 100 millones de euros firmado con un pool de bancos integrado por Santander, Sabadell y Unicaja. Antes de ejecutarse esa dación en pago, el Santander decidió hace semanas ejecutar 80 millones de acciones de Abengoa propiedad de Inversión Corporativa para saldar parte de la deuda.