Los concesionarios sevillanos acumulan una bolsa de pedidos de 5.000 coches hasta fin de año

Son ventas en firme realizadas principalmente en el último trimestre del año que, sin embargo, no se convertirán en matriculaciones hasta los primeros meses de 2022, según vayan llegando desde las fábricas.

De esta manera, los compradores de estos vehículos se verán afectados por la subida del impuesto de matriculación, efectiva desde el próximo 1 de enero, cuando se revertirán los tramos de las tasas vigentes desde julio de 2021 y que, en la práctica, suponían una congelación de este tributo.

Los vehículos se encarecerán una media de entre 800 y 1.000 euros, según estima Faconauto, unos costes «que se verán obligados a asumir los clientes por dos situaciones totalmente excepcionales y coincidentes en el tiempo, como son la citada subida del impuesto y los retrasos en la entrega de sus vehículos por la crisis internacional de semiconductores», señala la patronal nacional del sector.

Desde la Asociación de Concesionarios de Turismos, Motocicletas y Vehículos Industriales de Sevilla (Asconse), su presidenta, Carmen Moreno , incide en que la subida del impuesto de matriculación para comienzos de años «es una situación que, pese a estar prevista, ralentizará aún más el mercado, agravando la delicada situación que atraviesa el sector y penalizando de manera injusta a todos aquellos clientes que no han podido hacer efectiva la compra de sus vehículos en 2021 como consecuencia de la crisis de los microchips y de suministros en general».

En línea con lo expuesto por Faconauto en estos últimos meses, la patronal sevillana espera que «el Gobierno muestre sensibilidad con un sector que ha sido duramente castigado desde que estallara la crisis del Covid y se reconsidere la posibilidad de optar por una prórroga en la aplicación de esta subida».

En este sentido, Faconauto ha mantenido contactos en los últimos meses con representantes del Gobierno y de los partidos de la Oposición para transmitir «la necesidad de una segunda prórroga de la aplicación de los nuevos tramos del impuesto de matriculación mientras se regulariza el mercado y para no penalizar injustamente a esos miles de compradores ».

Por otro lado, los concesionarios sostienen que una nueva prórroga permitiría, de cara a 2022, dar certidumbre al mercado y no lastrar más unas matriculaciones muy deprimidas principalmente por efecto de la citada crisis de los semiconductores y también por el impacto de la pandemia sobre la confianza de los consumidores.

«La subida del impuesto de matriculación va a afectar sobre todo al ciudadano de a pie, que realiza un gran esfuerzo para cambiar de coche y que, por una situación totalmente ajena a él, verá encarecido su vehículo a nuestro juicio injustamente. Nos parece el momento de volver a mostrar sensibilidad con los ciudadanos, pero también hacia un sector que se está viendo muy comprometido por este contexto tan desfavorable y que no puede afrontar un nuevo año con las ventas por debajo de las 900.000 unidades. La nueva moratoria de la subida del impuesto de matriculación debería verse acompañada por otras medidas para regularizar la situación del mercado, ir cuanto antes hacia un nivel de matriculaciones más lógico para nuestro país y, de esa manera, no comprometer el empleo de toda la cadena de valor del automóvil», subraya el presidente de Faconauto, el empresario andaluz Gerardo Pérez.

En Sevilla, el mercado automovilístico sigue este año muy por debajo de los niveles precrisis. A falta de un mes para que acabe 2019, se han matriculado en la provincia menos de 18.000 turismos y todoterrenos , una cifra que está muy condicionada por los retrasos en las entregas causados por la crisis de los microchips.

El mercado sevillano está muy lejos las casi 34.000 nuevas placas que se alcanzaron en hace tres años o de las 30.500 de 2019, el año antes de la pandemia. E n 2020, la caída de las ventas de coches superó el 31% en la provincia, con menos de 21.000 matriculaciones.